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144 Jaime Rey Escapa «La misma fruición de Dios, que es el último fin de la criatura, es el acto perfecto de la voluntad por el que ésta quiere a Dios por sí mismo como fin... la fruición es el acto perfecto de la voluntad que quiere una cosa como fin, es decir, por sí mi– sma»143: Si dices no por el amor, sino por el deseo, esto es falso, porque aunque Dios no sea poseído por el amante, y por lo tanto pueda ser deseado, para ser poseído, sin embargo, no deseo que Dios tenga algún bien que no tiene, sino que sólo me complace su infinita bondad, a la que deseo, aceptando y complaciéndome en ella, que tenga todo el bien que tiene" 144 . Podemos concluir este apartado de la beatitud diciendo que el acto más no– ble de la naturaleza humana es el amor a Dios, ya que se trata de un acto ob– jetivo y sin ningún tipo de egoísmo. En este amor reside la beatitud, es decir, en una operación libre de la voluntad humana, - pues sólo la voluntad puede amar -, que no se conquista de modo inmediato, sino poco a poco. Por último constatamos una vez más que el concepto escotista de beatitud no sólo no compromete la libertad de Dios y del hombre, al contrario, se trata de una in– vitación-propuesta a poseer la misma libertad 145 . 3.3. El pecado: alienación de la libertad El pecado sólo es comprensible en el marco de la libertad del hombre. He– mos visto cómo el hombre, por ser contingente, sólo puede disfrutar de una libertad limitada y nb absoluta, como la de Dios. Y la limitación de nuestra li– bertad lleva consigo la posibilidad del pecado. De modo paradójico podemos decir que el hombre cuando usa mal la libertad se convierte en esclavo 146 . mario se fruye mucho antes de disfrutar, se fruye desde que se comienza a querer [...] De todo lo cual se concluye que, como dice Zubiri, la esencia de la volición o acto de voluntad es la fruición y todos los demás momentos[...] acontecen en función de la fruición". J. L. ARANGUREN, Ética, Madrid 1958, 185 y 221. 143 M. ÜROMÍ, Introducción general a las obras del Doctor Sutil Juan Duns Escoto, Madrid 1960, 85. 144 "Si dicas non amore, sed desiderio, hoc falsum est, quia etsi Deus sit non habitus ab amante, et ideo possit desiderari, ut habendus, tamen non desidero aliquod bonum habendum a Deo quod non habet, sed tantum complacet mihi infinita bonitas eius, cui volo acceptando et complacendo inesse om– ne bonum quod sibi inest". Ord., IV, d. 49, q. 5, n. 4 (XXI, 175b). 145 Cf. D. DAMIATA, / e II tavola. L'etica di G. Duns Scoto, 175-192. 146 Escoto desarrolla la doctrina del pecado en Rep. Par., 11, d. 35 (XXIII, 178a-186b).

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