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108 Jaime Rey Escapa de la mujer de la cultura machista. La misma teología de la liberación, en nuestros días, se esfuerza por liberar a los grupos más humillados y margina– dos de los sistemas opresores y discriminatorios, especialmente a nivel socio– político. La libertad ha sido y sigue siendo, el ideal y el propósito de los sistemas filosóficos, <le las constituciones de los pueblos, de los movimientos sociales, de los sindicatos, de las religiones inquietas. Existe una sensibilidad especial por todo aquello que significa libertad, autonomía, respeto y autodetermina– ción. La libertad no sólo es una posibilidad del hombre sino además un modo de ser, de comportarse y expresarse; sin embargo, la libertad concreta y real es muy difícil de adquirir. Está constantemente amenazada, o porque es contro– lada desde fuera o porque se pierde desde dentro. La ausencia de libertad ad– quiere formas muy variadas y sutiles. En este sentido es sintomática la afirma– ción de Rousseau: El hombre ha nacido libre y, sin embargo, vive en todas partes entre cadenas. El mismo que se considera amo no deja por eso de ser menos esclavo que los demás 1. Hoy nadie puede negar la importancia de la libertad para comprender co– rrectamente la realidad cultural en la que vivimos. Se trata de uno de los principios primordiales del existir humano. El poder de decidir y realizar proyectos personales es lo que unifica al ser humano y lo que da sentido a su forma de actuar y de vivir 2 • La libertad es difícil, permanecer esclavo es más cómodo. El amor y la aspira– ción a la libertad son ya, en el hombre, un signo de elevación, el testimonio de que interiormente ha dejado de ser esclavo. En el hombre hay un principio 1 J. J. ROUSSEAU, El contrato social, México 1977, 3. 2 En el siglo XIX las corrientes deterministas ahogaban la libertad. En siglo XX las corrientes exi– stencialistas han salido en su defensa. Autores existencialistas como Heidegger interpretan la ontolo– gía de la libertad con un optimismo desbordante, raíz del futuro humanismo. Sartre, por el contrario, cae en un profundo pesimismo centrado en el fracaso del hombre en y por la libertad. Para estos auto– res la libertad se encuadra dentro del marco de la ontología: ser y libertad se relacionan de tal manera, que el ser sólo es comprensible desde la libertad. Un desarrollo histórico-filosófico muy completo so– bre el tema de la libertad en M. J. ADLER, TTw Idea of Freedom. I: A Dialectical Examination ofthe Conceptions of Freedom, New York 1958, 107-166; II: A Dialectical Examination of the Controver– sies about Freedom, New York 1961.

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