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142 Jaime Rey Escapa bras del hombre. Respecto al hombre, es natural (a parte subiecti) 131 y con re– specto a Dios sobrenatural (a parte obiecti) 132 • Es puramente sobrenatural, en cuanto que la inteligencia humana no puede hacer presente por sus propias fuerzas la naturaleza divina. La causa que mueve la inteligencia creada a la vi– sión de Dios, es, sobre todo, la voluntad divina, mientras que la naturaleza di– vina es el fin primero y directo de la visión 133 . De modo sobrenatural, la vi– sión beatífica depende de la voluntad de Dios que irrumpe 134 en la voluntad humana que de modo natural busca este encuentro con Dios para saciar su sed de felicidad 135 . En consecuencia, la visión beatífica se realiza a nivel de en– cuentro personal y libre entre Dios y el hombre 136 • El mérito en el campo sobrenatural es debido a la libre aceptación de la fe y a la voluntaria colaboración de la gracia; en la misma vida beata, la visión no pri– va al hombre de la libertad, incluso, amando necesariamente a Dios en cuanto Sumo Bien, lo ama libremente, en el sentido de que, de por sí, podría también no amarlo y alejarse de El con el pecado, pero quiere amarlo y conforma su vo– luntad a la gracia divina 137 : 131 Todos los hombres dotados de velle natura/e tienden a la felicidad, necesariamente, continuamen– te y con toda su energía, aunque no sean conscientes. Es necesario distinguir entre el querer natural y el querer libre; según el primero la beatitud es querida necesariamente, según el querer libre no; la voluntad puede elegir cualquier cosa sin pensar en el fin supremo y elegir cualquier cosa contraria al mismo fin. 132 El concepto de predestinaci6n deja claro que Dios ha predestinado a los llamados absolutamen– te sin nllrar sus méritos. En Escoto predestinación significa detenninaci6n a la beatitud. La doctrina de la predestinación absoluta se basa en el hecho de que Dios, en su inteligencia infinita, sigue una sucesión ordenada, quiere primero el fin, es decir, la beatitud de un hombre, y después los medios con los que constituye la unión a ese fin: gracia, fe, méritos y buen uso de la voluntad libre. Dios quiere el fin antes que los medios y estos los quiere en dependencia al fin fijado. En esta teoría escotista los me– dios que inclinan a la voluntad con certeza a un determinado fin, no anulan la libertad de la voluntad. Cf. W. HoERES, La volonta come pe1fezione pura in Duns Scoto, 244-245. 133 Cf. G. ALLINEY, La contingenza della Jruizione beatifica nello sviluppo del pensiero di Duns Scoto, en Via Scoti, II, 633-660. 134 El término irrupción (illapsus), es utilizado por Escoto para designar el hecho de que la natu– raleza divina se hace entitativamente en sí misma presente al entendimiento. En este hacerse presente la naturaleza divina no experimenta ningún cambio, es el beato el que pasa de un estado de miseria a un estado de beatitud. 135 Cf. W. HoERES, La volontd come perfezione pura in Duns Scoto, 371-390. 136 Conviene hacer notar la originalidad de Escoto en este punto que abre un camino para com– prender la visión beatífica en unas categorías y en un lenguaje personalista, que supera las categorías naturalistas de su tiempo. 137 A. G. MANNO, Il volontarismo teologico di Giovanni Duns Scoto, en Studi Francescani 81 (1984) 127-128. Es preciso tener en cuenta que el mérito no es otra cosa que la nivelación del valor de los actos humanos con la vida íntima de Dios. El fundamento para que un acto humano adquiera la ca– lidad de mérito es precisamente la aceptación divina.

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