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130 Jaime Rey Escapa La affectio iustitiae se identifica con la racionalidad en la voluntad ordena– da a su desarollo perfecto. Por consiguiente, todo acto que no está ordenado al bien no está en conexión con la affectio iustitiae. Ella mira los objetos objetivamente, viendo el bien que hay en elfos mismos. Se trata de una causa– lidad innata de nuestra voluntad y gracias a ella nuestra voluntad es libre 83 : Es más noble el afecto de justica que el afecto de cómodo, porque es regulador y moderador de este último según Anselmo, y es propio de la voluntad en cuan– to que está libre 84 • [Sin ella la voluntad] no tendría con qué ser refrenada 85 . Por medio de la affectio iustitiae la voluntad está abierta a todo el bien que existe y se refiere a él por razón del mismo, objetivamente. Es capaz de amar a otros por razón de ellos mismos, desinteresadamente, y este amor es su pro– pia manera de actuar. Según Escoto, existe una justicia, que es la misma libertad de la voluntad en cuanto ordenada al bien (justicia innata). Esta justicia, si efectivamente tiende al bien, se transforma en justicia moral (justicia adquirida), la cual pue– de ser, a su vez, un don gratuito de Dios (justicia infusa) 86 . En Dios la affectio iustitiae y la affectio commodi coinciden. Las dos aficciones pertenecen a la estructura natural de la voluntad, por lo que debe haber colaboración entre las dos. La affectio iustitiae tiene la obligación de di– rigir el querer según una norma que sea superior a la tendencia del propio bie– nestar. Esta norma es la voluntad divina, y a ella se debe someter incluso el impulso de autoperfección. Como ya hemos dicho, la actividad de la affectio commodi debe ser moderada por la affectio iustitiae, que ayuda a la voluntad 83 Cf. W. HOERES, La volanta come pe,fezione pura in Duns Scoto, 185. s 4 "Nobilior [...] est affectio iustitiae affectione commodi, quia regulatrix eius et moderatrix se– cundum Anselmum, et propria voluntati, inquantum libera est". Ord., IV, d. 49, q. 5, n. 3 (XXI, 173a). 85 "Non haberet unde se refraenaret". Ord., 11, d. 6, q. 2, n. 8 (XII, 353b). 86 La ajfectio iustitiae es lo que podríamos llamar libertad innata de la voluntad. Esta doctrina de la libertad innata está tomada de San Anselmo, que define la iustitia como rectitudo de la voluntad. Al– gunos la han interpretado en sentido moral, como la disposición innata de la voluntad para escoger li– bremente el orden recto como se manifiesta en su entendimiento. Sin embargo, Escoto distingue un tri– ple sentido en el término «iustitia»: gracia o justicia infusa; justicia moral o adquirida y justicia innata o libertad innata de la voluntad: "Iustitia potest intelligi, ve! infusa quae dicitur gratuita, ve! acquisita quae dicitur moralis, ve! innata est ipsa libertas voluntatis". Ord., III, d. 6, q. 2, n. 8 (XII, 353b). Según Escoto, parece que Anselmo habla de justicia infusa, que se pierde por el pecado mortal. De ahí que para Anselmo la libertad sea libertad moral. Cf. Z. VAN DE WoESTYNE, Cursus philosophicus, 11, 459.

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