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128 Jaime Rey Escapa Escoto se siente más teólogo que filósofo, por ello exalta la absoluta libertad del querer divino, teniendo presente en su mente cuestiones teológicas como la encarnación, la redención, el orden de la economía salvífica, etc. Todos estos temas tienen como fondo el Dios del amor gratuito, que no es un Dios impasible e impersonal, sino el Dios de Jesucristo, Salvador de los hombres. 3. La libertad en el hombre Dios expresa su amor creando las cosas contingentes en libertad y para la libertad. El hombre ha sido creado libre para ser feliz, porque sólo desde la li– bertad se puede alcanzar la felicidad. En cualquier caso, la libertad nunca su– pone por parte de Dios una imposición, todo lo contrario: se trata de una ofer– ta-invitación. Por este motivo, la libertad se convierte en tarea y compromiso responsable de cada hombre para dar sentido a su vida. La iniciativa y la re– sponsabilidad para alcanzar la felicidad es una cosa dejada a la libre elección del hombre. Para el desarrollo de este capítulo tomaré como punto de partida la divi– sión interna que Escoto, basándose en la doctrina anselmiana de la libertad: potestas servandi rectitudinem voluntatis propter ipsam rectitudinem 76 hace de la voluntad humana. Según la doctrina de San Anselmo, a la voluntad se le pueden asignar dos inclinaciones básicas: la affectio commodi y la affectio iu– stitiae 77. Esto significa que la verdadera naturaleza de la voluntad consiste en hacer aquello que es justo y hacerlo con conocimiento y con control de los propios actos. Escoto acepta esta definición y la desarrolla 78: Según Anselmo en De casu diaboli 14 y en el De Concordia cap. 19, en lavo– luntad hay dos afectos, es decir, la justicia y el cómodo. Sin embargo es más noble el afecto justicia entendiendo esto no sólo de la justicia adquirida o infu– sa, sino también de la justicia innata, que es la libertad connatural, según la cual, alguno puede querer algún bien no en orden a sí. Sin embargo, según el afecto cómodo, no puede querer sino en orden a sí, y esta la tendría si el ape- 76 S. ANSELMUS CANTUARIENSIS, De libero arbitrio, cap. III (PL 158,494). 77 Cf. J. BOLER, Transcending the Natural: Duns Scotus on the Two Affections ofthe Will, en Ame– rican Catholic Philosophical Quarterly 67 (1993) 109-126. 78 Para un estudio sobre la importancia e influjo que S. Anselmo ha tenido en Escoto ver A. B. WoLTER, Native Freedom ofthe Will as a Key to the Ethics ofScotus, en Deus et Homo ad mentem l. Duns Scoti, 359-370.

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