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122 Jaime Rey Escapa Dios, en el quererse a sí mismo, es libre. Según Escoto, Dios no puede no tener otro objeto primario de su querer que Dios mismo, su querer es necesario porque no puede elegir, no puede ser otra cosa que aquello que es. Este tipo de necesidad no repugna a la libertad, porque el no poder ele– gir no es un defecto de la voluntad divina o un límite debido a factores contin– gentes: Dios no puede elegir otra cosa que a sí mismo, porque nada fuera de El igual a su suma perfección53 . Es difícil entender cómo en Dios la libertad y la necesidad, siendo dos con– ceptos que a priori se excluyen, pueden convivir en el seno de su voluntad. La respuesta la encontramos en la infinitud divina que caracteriza su querer. La voluntad divina en un gesto infinito puede querer todos los objetos posibles y también los opuestos entre ellos. La noción de infinito extensivo e intensivo, aplicada a la libertad divina, constituye la posibilidad de la misma libertad de Dios 54 • La necesidad es conciliable con la libertad, siendo la razón principal de que Dios se ama a sí mismo necesaria, pero libremente. El querer necesa– rio es aplicado sin problemas a Dios: Así Dios, aunque viva necesariamente con vida natural y con necesidad que ex– cluye toda libertad, con todo, quiere libremente vivir con tal vida. Luego no po– nemos bajo necesidad la vida de Dios en cuanto amada por Él con voluntad li– bre55. La voluntad de elección es una imperfección de la naturaleza humana 56 . Sólo Dios, que se ama con absoluta necesidad, es absolutamente libre 57 • 53 M. PANGALO, La liberta di Dio in S. Tommaso e in Duns Scoto, Citta del Vaticano 1992, 129. 54 La noción de infinito intensivo y extensivo al constituir la posibilidad de la libertad de Dios no compromete la simplicidad, la eternidad y la inmutabilidad del mismo Dios. 55 "Ita Deus, licet necessario vivat vita naturali, et hoc tali necessitate, quae excludit omnem liber– tatem, tamen vult libere se vivere tali vita; igitur vitam Dei non ponimus sub necessitate, intelligendo vitam uta Deo libera voluntate dilectam". Quodl., q. 16, n. 18 (XXVI, 201b). 56 "Voluntas divina non est indifferens ad diversos actus volendi et nolendi, quia hoc in voluntate nostra non erat sine imperfectione voluntatis". Ord., I, d. 38, pars 2 et d. 39, q. 1-5 (ed. Vat. VI, 425). 57 Para explicar que en Dios la libertad de la voluntad no es incompatible con la absoluta necesi– dad de su naturaleza, Escoto usa el ejemplo del hombre que se lanza de un trampolín, que mientras cae necesariamente por la ley de la gravedad, continúa queriendo caer por un acto libre de su voluntad. Para un análisis más detallado de la voluntad divina, ver P. MINGES, Der Gottesbegrijfdes Duns Seo– tus aufseinen Angeblich Excessiven lndeterminismus Geprüft, Wien 1907.
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