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El concepto de libertad en la filosofía del beato Juan Duns Escoto 115 Si es imprescindible que la voluntad se autodetermine para que se pueda dar el acto libre, no es menos necesario atribuir a la misma voluntad un cier– to carácter racional, lo cual no quiere decir que el entendimiento determine absolutamente el proceso del acto electivo, pues si el entendimiento determi– na la voluntad, es muy difícil salvar la libertad, pues la primera condición de la libertad, como ya hemos visto, es la autodeterminación 26 • Es la voluntad libre la que establece lo que merece ser conocido y amado. La voluntad libre no sólo tiene la «potestas» y el «dominium» sobre su propio ac– to, sino que es también el poder director de la vida espiritual. Ella manda co– nocer al entendimiento esto y no lo otro 27 . ¿Qué función atribuye Escoto al entendimiento en dicho proceso? La res– puesta no es fácil. Incluso en el foro de los expertos de la filosofía escotista se pueden escuchar diversas interpretaciones. En las luchas de escuela no faltaron autores que acusaron a Escoto de de– fender un voluntarismo ciego, en el que la voluntad era concebida como cau– sa total, prescindiendo absolutamente del entendimiento. Estos autores se fun– daban, evidentemente, en algún texto escotista, leído fuera de su contexto y del conjunto de su pensamiento: Afamo que nada distinto de la voluntad es causa total del querer en la volun– tad28. Hoy se puede decir que estas acusaciones están fuera de lugar y que esta interpretación del voluntarismo escotista está superada. Uno de los autores 26 El entendimiento es simplemente movido según su naturaleza por el objeto que estimula las po– tencias psicosomáticas del individuo. El estímulo es un suceso causal. Si la voluntad fuera movida na– turalmente por un objeto, no habría diferencia entre el entendimiento y la voluntad, ambos serían con– siderados como naturalezas que actúan de acuerdo con la necesidad al modo de un simple reflejo: el hombre no sería más que un bmto inteligente. Sin embargo, la voluntad no reacciona por necesidad na– tural, conserva una indiferencia activa respecto del objeto presentado. La presentación del objeto es evi– dentemente un punto de partida necesario, pero no es el principio de una cadena de actos necesarios. 27 W. HoERES, Die Hinordnung des Menschlichen Verstandes aufdie Wahrheít und die Miiglichkeit seines Abfalls von Gott und der Ordmmg der Dinge nach Duns Scotus, en Deus et homo ad mentem l. Duns Scoti. Acta Tertii Congressus Scotistici Internationalis, Vindebonae 28 sept. - 2 octo. 1970, Ro– mae 1972, 525. 28 "Dico ergo ad quaestionem quod nihil aliud a voluntate est causa totalis volitionis in volunta– te". Ord., II, d. 25, q. un., n. 22 (XIII, 221b).

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