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Restauración política y religiosa 85 . 2ss d. . . , bl d 1 casas y posesiones , pero con una 1s1TI1nuc10n muy nota e e persona a causa de las secularizaciones y a que durante tres años no habían ~odido recibir novicios, lo que creaba, como es normal, numerosos problemas 59 . 4. I Muerte del ministro general, Francisco de Solchaga, y elección del P. Justo de Madrid como vicario general Al mes, más o menos, de la entrada del ejército francés en Madrid, volvió de su exilio en Bayona a su convento de S. Antonio del Prado el P. Francisco 258 En la reconstrucci6n de algunos conventos se aprecia un cierto espíritu de venganza, aunque se podía recubrir con el manto de !a justicia. Así c1 síndico del convento de Barcelona p<"i:lía en 1825 al consejo que la reconstrucción del convento con-iera a cargo del ayuntamiento y de la diputaci6n, que eran quienes habían derruido el convento. Pero el 5 de julio el consejo se adhería a la opinión del fiscal, que decía que no se podían exigir responsabilidades a dichas corporaciones porque todo lo habían hecho con órdenes de las cortes, AHN, Consejos, Leg. 6.895, nº 80. Sobre la reconstrucción del convento se puede ver BASILI DE RUBÍ, Els ca¡mtxins, 902-917. El ayuntamiento de Mataró también decidió en el pleno del 30 de junio 1823 pedir al consejo que los que formaban el consistorio constitucional pagasen la reconstrucción del convento de capuchinos. El fiscal fue de parecer favorable, acordándose el consejo con esa medida el 23 de septiembre 1824, AHN, Consejos, Leg. 6.895, nº 15. Pero parece que el proceso sigui6, llegando hasta 1828, año en el que aún no se había reconstruido. Los provinciales de este tiempo (PP. Alejandro de Sabadell y Manuel de la Nou) fueron favorables a esta medida, pero no el vicario general, que puso las obras, en 1828, bajo la vigilancia del P. Joaquín Mª de Barcelona. En ese año el definitorio, por orden del vicario general, desistió del proceso judicial y renunció a que los que habían formado el ayuntamiento constitucional pagaran la reconstrucción, como se ve por la exposición dirigida al rey por el P. Joaquín Mª de füu-celona el 27 de septiembre de 1828, AHN, Consejos, Leg. 12.()39, nº 75. La documentación de la reconstrucción del convento de Mataró es bastante amplia y un poco confusa, y, desde luego, no podemos entrar en detalles. Se encuentra en APCCataluña, B-1-21.22.23.24.25. El P. Joaquín Mª de Barcelona, en una carta al vicario general, fechada en Igualada el 23 de enero de 1828, decía que la comunidad de Igualada, que tenía hasta entonces la estimación de la gente, la había perdido por el nuevo guardián, P. Juan Bautista de Sabadell, que había venido de Mataró. Había empezado su guardianato emplazando a los concejales de 1823 para que reedificaran el convento. Con esto la comunidad había perdido las limosnas de los parientes de los concejales, además "esto les pone á dichos P.P. en descredito, y les hace odiosos á las gentes, y cimienta la desunion, entre los dos pmiidos de tal modo que no quedan esperanzas de verlos otra vez hermanados". Terminaba diciendo que el citado P. Sabadell con estas actitudes había ya impedido la reconstrucción de Matm·ó, APCCataluña, B-1-21, 711. 259 Cfr. M. REVUEi;fA, Política religiosa, 371-374.

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