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76 José Ángel Echeverría apoderarse de las numerosas armas y caballos que había allí y formar un cuerpo de ambas armas 233 . Concluyendo, podemos decir que las autoridades civiles navarras no actuaron con dureza, ni aplicaron la ley con violencia contra los religiosos decididamente contrarios al sistema constitucional que se unieron a la facción, seguramente porque su entusiasmo por dicho sistema no era muy grande. Por otra parte los superiores religiosos, aun cuando no apoyaban claramente a la facción, parece que consintieron y no opusieron mucha fuerza a los que se fugaron. Cuando alguno volvió - como en el caso de Fr. Guillermo de Ugar - fue acogido, al parecer, con toda benevolencia. Fr. Guillermo nada dice en su autobiografía ni de la fuga, ni de que se le hubieran impuesto penas al volver. El ambiente general entre los frailes, y en el clero secular, era muy favorable al realismo, a la defensa del altar y el L 234 trono . 3.3 Infiltraciones liberales y participación en sociedades secretas Aunque el clima general de los claustros era fervientemente realista no faltaron frailes que se adhirieron con entusiasmo al sistema constitucional (coincidiendo algunas veces con los que se secularizaron), y otros que participaron en sociedades patrióticas y en la masonería 235 • Con todo, el número de testimonios de que disponemos es muy escaso. Así el P. Antonio de Maspujols (Gabriel Barenys), que se secularizó, durante el periodo constitucional llevaba por las calles de Tarragona "la cinta 233 AGN, Guerra, Leg. 26, carpeta 42. 234 En Navarra seguramente influía la actitud del obispo, Joaquín Xavier de Uriz y Lasaga, decidido realista, Cfr. R. DEL Río, Orígenes de la guerra, 52. 235 Sobre la importancia de la masonería, que fue "una especie de gobierno oculto" durante el trienio, se pueden ver las páginas que dedica en su estudio sobre el trieruo Comellas, Cfr. J.L. COMELLAS, El trienio, 67-117. Pero los estudios fundamentales son los de J.A. FERRER BENIMELLI, de los que citamos: Masonería española contemporánea. l. 1800-1868, Madrid 1980. Sobre las sociedades patrióticas el estudio fundamental es: A. GIL NOVALES, Las sociedades patrióticas (1820-1823). Las libertades de expresión y de reunión en el origen de los partidos políticos, 2 vols., Madrid 1975.

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