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70 José Ángel Echeverría Navarra, comunicaba que al tratarse de la captura, el día anterior, de Fr. Patricio de Ausejo, "se ofrecían los Milicianos de Ynfanteria y Cavallería voluntariamente á su persecución" 208 • Pero parece que no dieron con él, seguramente porque el alcalde era realista e insistió en que en el comportamiento del fraile no había criminalidad 209 • En el convento de capuchinos de Tafalla el clima general debía ser anticonstitucional, porque el predicador de la cuaresma en la parroquia de Santa María se excedió, o así le pareció al párroco, un declarado liberal, quien en un oficio al jefe político le decía sobre el predicador que "hubiera sido mejor que hubiese callado" 210 • Al año siguiente, 1822, cuando las partidas y el alistamiento en ellas estaba en plena ebullición, D. Joaquín Sanz de Mendiondo informaba de la situación al jefe político, comunicándole que muchos facciosos antes de integrarse en la facción se confesaban en los recoletos de Olite y en los capuchinos de Tafalla. Pero el guardián alegó que la comunidad, dado el concurso de gente que acudía a recibir los sacramentos, no conocía las ideas de los que se acercaban a la iglesia conventual 211 • En la primavera y verano de 1822 se produjo una auténtica escalada contrarrevolucionaria, aunque los que se enfrentaron al régimen liberal en Navarra no fueron los campesinos, sino los absolutistas, si bien algunos campesinos fueron utilizados como carne de cañón 212 • La noche del 28 al 29 208 /bid., carpeta 9. 20!! Cfr. R. DELRfo, Orígenes de la guerra, 60. 210 AGN, Guerra, Leg. 23, carpeta 21. 211 Oficio de D. Joaquín Sanz de Mendiondo al jefe político de Navarra, Tafalla, 15 julio 1822. El mismo día se mandaba que informara el guardián de capuchinos, Fr. Bernardo de Fitero. Éste, en una exposición del 18 de julio al jefe político, manifestaba que dada "la inmensidad de pueblo que habitualmte. concurre á este Convento á recibir los sacramentos de Confesion y comunion, no es facil el que en particular conozcamos á quantos se presentan á nros. pies; de consiguiente, yo no puedo decir á V.S. si algunos de los que de este pueblo han marchado á la faccion, se han confesado con nosotros antes de su fuga". Pero estaba seguro de que los religiosos habían cumplido con su deber, y de que su comunidad era fiel a las leyes vigentes. La comunidad perdonaba la acusación. AGN, Guerra, Leg. 26, carpeta 20. Probablemente el guardián era moderado, porque en la supresión del convento en noviembre de 1822 fue respetado, como hemos visto anteriormente. 212 Cfr. R. DELRfo, Orígenes de la guerra, 57-62.

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