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«SED HOC NON CAPIO»: LO QUE DUNS ESCOTO NO ENTENDÍA 587 mente, moverá también necesariamente. Con otras palabras, si la causa primera mueve necesariamente de por sí y ninguna causa segunda mueve sino en cuanto es movida, toda causa segunda tendrá que mover y causar necesariamente lo que cause 21 . Y supuesto que Dios, causa primera, obrara necesariamente como agente perfectísimo y primero, causaría en todo tanta perfección como le es posible causar, y así a cada cosa no le faltaría nada de lo que le fuera posible poseer. No habría alternativa a su manera de ser ni, por tanto, espacio para la deficiencia de la voluntad creada 22 • El realismo de Escoto, aquí como en otras cuestiones, evita siempre que las explicaciones no desfiguren la experiencia del sentido común. Se podría pensar que hubiera antes de la voluntad divina otra causa de la contingencia, que sería el entendimiento divino. Pero el entendimiento divino no puede ser razón primera de la contingencia, porque el entendimiento y su acto, en cuanto que precede a la voluntad y a su acto, es mera y necesariamente natural, y el efecto contingente no puede reducirse a una causa meramente natural, como tampoco viceversa. Es, por tanto, la voluntad la primera causa de la contingencia 23 . Aquí Escoto explica mejor lo ya apuntado del modo doble de la contingencia: Una cosa se puede decir contingente de dos maneras: por parte de su causa, como el acto de mi voluntad tiene una doble causa de su contingencia: una causa por parte de la voluntad divina como causa primera (que contingentemente la creó y conserva) y por parte de mi voluntad como causa segunda (libre en sus actos). Hay cosas que son contingentes sólo respec– to de la causa primera (que contigentemente las creó y sostiene) y que son nece– sarias como causas segundas y próximas, como las cosas naturales (que no tie– nen libertad) respecto de sus causas segundas: así los fenómenos naturales que suceden necesariamente y sólo pueden ser impedidos por la voluntad divina 24 • 21 "Primum probatur sic, quia quod movetur in quantum movet, si necessario movetur, necessario movet. Causa prima necessario movet per te et milla causa secunda movet nisi in quantum movetur; ergo omnis causa secunda necessario movet et causat" (lb., n. 32) . 22 "Si ergo Deus causaret necessario, cum sit agens perfectissimum et primum, causaret in quolibet tantam perfectionem quantam posset causare; et ita nihil deesset alicui rei quod esset possibile sibi inesse" (lb., n.34). 23 "Si enim aliqua alia causa contingentiae esset prior illa, esset intellectus divinus. Sed intellectus divinus non potest esse prima ratio contingentiae, quia intellectus et actus eius, ut praecedit voluntatem et actum eius, est mere naturalis, et effectus contingens non habet reduci in causam mere naturalem, sicut nec econverso. Est ergo voluntas divina prima ratio contingentiae" (lb. n. 35). 24 "Sed [1] aliquid potest dici dupliciter contingens ex parte suae causae, sicut actus vo– luntatis meae habet duplicem causam contingentiae: unam ex parte voluntatis divinae sicut

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