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48 BERNARDINO DE ARMELLADA no dudéis que el rey se ha marchado admirablemente consolado" 1 º. Pero Lorenzo tie– ne que predicar y, en cierto modo, invierte la marcha del camino bonaventuriano. Ma– ría es la Madre de Cristo, el Hijo de Dios. Así, sabiendo quién es el Padre de Cristo, tenemos ya el punto de partida para discurrir cómo tiene que ser su Madre. 3. El "primerprincipio" de la Mariología y ramifi,caciones inmediatas. El silencio de Dios, que a algunos parece abrumar, a san Lorenzo le enardece para percibir su eco iluminante en los simbolismos de las verdades reveladas. Porque cree que el Espíritu santo "habiendo indicado el fin altísimo a que María fue destinada, deja a nuestro juicio la tarea de imaginar cómo tuvo que ser formada María por la mano de Dios om– nipotente para ser digna Esposa del Altísimo y Madre del Unigénito Hijo de Dios" 11. Es un silencio que invita a imaginar, "para que, de la concepción y nacimiento de Cris– to, deduzcamos el santo nacimiento e inmaculada concepción de la Virgen" 12. Es decir, que lo que en principio le bastaba a Lorenzo, se convierte en el princi– pio desde el cual expondrá con una extraordinaria riqueza de contenido lo que Juan XXIII señalaba como característica de su Maria!: "No podemos menos de tributar una alabanza especial a su "Mariale", que contiene toda la mariología. En él, con va– lidísimos argumentos y con maravillosa unción de expresiones, expone los múltiples tratados y verdades de esta doctrina, afirmando ya también los dogmas que más tarde nuestros predecesores Pío IX y Pío XII - de inmortal memoria - definieron: esto es, que María estuvo exenta de la culpa original y que fue llevada a la gloria celeste en alma y cuerpo" 13 • Una teología mariana, que llena los 86 sermones de su Marial1 4 • La 'Maternidad divina de María', cuya afirmación evangélica la encuentra Lorenzo como 1 ° Florecillas de san Francisco de Asís y de sus compañeros, cap. XXXIV, en San Francisco de Asís. Escritos, biografías, documentos de la época, dir. J. A.Guerra, Madrid 1978, 861. 11 "Sed, altissimo fine proposito, rem nostro indicio reliquit expendendam, ut iudicemus ipsi qualis formara fuerit manu omnipotentis Dei Maria, ut digna esset Dei Sponsa et Mater Uni– geniti Filii Dei". Sermo III, n.I, 439. 12 "Sacro silentio voluit eam honorare..., lit ex Christi conceptione arque nativitate Beatae Virginis imelligeremus sanctam nativitatem immaculatamque conceptionem". Sermo V, n.I, 453). 13 "Nec est quin praecipua ferat laude «Mariale», quod appellatur, totam doctrinam de Alma complectens Deipara. Ubi, sententiis sapientissimis miraque sermonis suavitate de multi– plicibus huius disciplinae rationibus ac rebus disputar, ea etiam praeoccupans, quae postea Deces– sores Nostri imm. mem. Pius PP. IX et Pius PP. XII certissimo definivere oraculo, scilicet Beatam Mariam Virginem fuisse primariae labis expertem et ad caelestem gloriam cum anima et corpore assumptam". Joannes XXIII, Litterae Apostolicae "Celsitudo ex humilitate", in AAS 51 (1959) 458-459 (456-461). 14 A los 84 sermones que figuran en la edición original latina del 'Mariale', más los dos que re– coge nuestra edición en español (Maria!. María de Nazaret, "Virgen de la Plenitud'; Madrid 2004)

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