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46 BERNARDINO DE ARMELLADA l. El punto de partida de sus reflexiones. Siete de los doce sermones que nos ha dejado sobre la Inmaculada Concepción, van encabezados con la cita evangé– lica de san Mateo: Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual ha nacido Jesús, que es llamado Cristo (Mt 1,16). Precisamente, la misa de la Inmaculada en tiempos de san Lorenzo tomaba como lectura evangélica la ascendencia humana de Cristo terminando en María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. En dos sermones, inmediatamente después de esta cita inicial, Lorenzo se pregunta un poco retóricamente: "Pero, santos evangelistas, ¿por qué no nos dais más noti– cias sobre María?" 4 • Con ello expresa una curiosidad natural de la que intuye in– mediatamente la respuesta en la imaginada contrapregunta del evangelista: Pero ¿no es bastante decir que de ella nació el Mesías, el Hijo único de Dios ? 5 Esto me hace recordar a san Buenaventura al final del 'ltinerarium mentis in Deum', después de sus profundas y sugestivas meditaciones a través de todo lo natural y sobrenatural para llegar, unido a Cristo, a la experiencia de Dios. Cuando perci– be que el misterio transciende todas las realidades minuciosamente ponderadas a lo largo del camino hasta entonces recorrido, Buenaventura deja atrás el bagaje pesado de la inteligencia, sintiéndose invadir por el misterio en la dimensión profunda de su alma afectiva y, como Felipe durante el discurso del Señor en la Última Cena, le dice también a Jesús: Muéstranos al Padre, y esto nos basta (In 14,8) 6 • Efectivamente, el evangelio nos presenta a María como Madre del Hijo de Dios y esto, en principio, le bastaba a Lorenzo. Hasta se podría decir que las palabras de todos sus discursos marianos son eco - diríamos accidental - de una actitud admirativa semejante a la de otro franciscano memorable de nuestro tiempo, san Maximiliano Kolbe, al que la verdad de la maternidad divina ponía cuasi en trance: "Ella es de Dios. Es perfectamente de Dios, hasta el punto de convertirse casi en una parte de la Sma. Trinidad, aunque sea una criatura finita. Es más, no sólo es "sierva", "hija", "res", "proprietas" etc. de Dios, sino también 4 "Celebramus hodie, fratres, festum immaculatae, purissimae sanctissimaeque conceptionis Deiparae Virginis, quae ab Evangelista Matthaeo ex abrupto introducitur...: Genuit Ioseph, virum Mariae, de qua natus estIesus qui vocatur Christus. Sacer Evangelista, quaenam, quaeso, haec Maria? Ex quo genere orta? Ex quibus parentibus procreara? Quo loco? Quo tempore nata? Quae illius fortuna? Qui mores? Qualis vita?" Laurentius a Brundusio, Opera omnia: I Maria/e. Sermones in Immaculatam Conceptionem. Sermo l, nº I, 407. "Sicut Melchisedech sacerdos Dei Altissimi in– troducitur a Moyse in sacra Genesi sine patre, sine matre, sine genealogía .., sic Virgo Beatissima introducitur in Novo Testamento ... Quaenam est ista Maria, o sacer Evangelista? Cuius filia est? Quomodo nata in mundo? Cuius fortunae et status? Cuius conditionis ?" Sermo XI, n.l, 497. 5 "Sufficit, inquit, scire quod sit Mater Messiae, Genitrix Unigeniti Filii Dei". Ibidem. 6 Cf. Bonaventura a Balneoregio, Itinerarium mentis in Deum, VII, n.6; Quaracchi, 3136.

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