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UNA INVESTIGACIÓN CLAVE EN LA HISTORIA DE LA TEOLOGÍA 661 menos seguras. En colaboración, Alejandro es uno de los cuatro maestros de la Expo– sitío super Regulam Fratrum Mínorum y de la llamada Summa Fratrís Alexandrí. Para mejor entender los textos medievales es imprescindible conocer la situa– ción y métodos de enseñanza, concretamente en la universidad de París. J. M. Wierz– bicki da cuenta de ello en un apartado cuyos puntos son: el ítery los métodos de ense– ñanza - el currículum del estudio, el calendario, las dísputatíones, en que "el deseo de profundizar el texto bíblico, además de los instrumentos ofrecidos por las artes libe– rales, se abre camino a una nueva forma de interpretación: la demostración lógica de los datos de la fe" (46). Sigue una referencia a los maestros parisinos contemporáneos de Alejandro, junto con sus obras sobre el tema de la gracia a fin de encuadrar mejor la posición doctrinal del Doctor Irrefragabilis, junto con su originalidad. En primer lugar están los maestros seculares - Guillermo de Auxerre (Summa aurea), Felipe el Canciller ( Summa de bono) y Guillermo de Auvergne ( Tractatus de gratia) en la primera mitad del s. XIII; luego los principales maestros dominicos (Rolando de Cremona, Hugo de San Caro, Juan de San-Gil, Guerrico de San Quintín, s. Alber– to Magno). La Schola Fratrum Minorum surgirá de la asistencia de los franciscanos como discípulos universitarios. Juan de la Rupella fue el primer magíster franciscano de la Universidad. A él se unirá Alejandro al hacerse fraile menor. Al morir ambos en 1245, sólo quedará como magíster un franciscano, Odo Rigaldi, al que sucede Guillermo de Melitona. De todos estos maestros se citan los escritos. De Rigaldi se adelanta ya su temática sobre el tema de la gracia: existencia, necesidad, absoluta gra– tuidad... definiciones y aspectos diversos. Melitona, p. e. distingue gracia justificante y gracia santificante. El capítulo II entra en las problemáticas histórico -literarias de las Quaestiones disputatae de gratia. En el 'género y estructura' de la Quaestío disputata, se señala en primer lugar el autor o responsable de la reportatío definitiva, que era el Magister. Después de su revisión la quaestio pasaba a la editio. Las Quaestiones disputatae se distinguen de las Quodlibetales por la unidad de su tema. Sigue la descripción minu– ciosa de tres códices principales (Assisi, Bologna, Toríno) y el elenco de otros códices auxiliares. Un análisis de las Quaestíones de gratia mostrará la forma redaccional en que nos han llegado. Después de un cuidadoso examen, se concluye que "el primer grupo de las quaestíones, entre las que se halla la Quaestío de gratia, es ciertamente de paternidad halesiana" (100). Las fuentes que se citan van desde la Escritura a los Padres de la Iglesia con san Agustín en el primer puesto, seguido por san Gregorio Magno. Del siglo XII se cita a Pedro Lombardo, mientras que de Aristóteles sólo aparece una alusión. El capítulo 111 comprende el trabajo minucioso y científicamente más signifi– cativo en este libro: la edición crítica de las Quaestiones disputatae de gratía. Los cri– terios seguidos en la edición del texto intentan, en la fidelidad, hacer fácil la lectura

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