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266 BERNARDINO DE ARMELLADA quiera en su ser natural ninguna cualidad distinta, parece que con mayor razón puede Dios actuar de un modo semejante, siendo su voluntad, infinitamente más perfecta y eficaz ... Podrá, pues, hacer de un hombre amigo suyo e hijo adoptivo sin comunicarle ninguna forma intrínseca» 40 • Pero ¿cómo puede haber un tránsito de "no justo" a "justo y amigo" sin cambio en el hombre? Si no hay un cambio en la naturaleza humana, tendría que haber un cambio en Dios, lo cual es incompatible con su inmutabilidad eterna. Mastrio se remite a la agudeza de Escoto en una cuestión que se refiere directamente a la remisión del pecado sin la infusión en el hombre de una for– ma(lidad) que dé razón de la nueva situción ante Dios 41 . El texto de Mastrio la resume así: «No hay, por tanto, necesidad de mutación en Dios para que se ve– rifique la remisión del pecado sin una forma (o cualidad) inherente. Para que se diga que Dios remite el pecado en este instante no es necesario que Él comien– ce ahora a querer la ausencia del pecado que antes no quería. Basta con que Dios, desde la eternidad y sin mutación, la haya querido (la remisión del peca– do) para este instante y no para los instantes predecedentes» 42 . Pienso que la aplicación de Mastrio en este momento de sus reflexiones se puede considerar en cierto modo original. Se podría reformular así: La aceptación del hombre por parte de Dios (para que se cambie en "justo" en un momento determinado) la expresó Dios desde la eternidad precisamente para este instante y no para el tiempo antecedente. Cambia, pues, la circunstancia exterior del tiempo y no la naturaleza del hombre ni la voluntad de Dios. En medio de las discusiones sobre la contraposición entre pecado y gracia hay una premisa metafísica que subyace en la mentalidad escotista: la contin– gencia de todas las realidades frente a Dios: «Lo mismo que la gracia puede ser anulada sin el pecado, lo mismo el pecado sin la gracia: porque, absolutamente 40 «Si in humanis potest unus horno alteri iniuriam remittere, et illi reddi pacatus, et amicus sine impressione alicuius qualitatis in illo; ergo multo magis videtur Deus id facere posse; cum sit perfectior et eficacior in infinitum eius voluntas... Ergo poterit pariter facere illum sibi amicum et filium adoptivum non communicando ipsi aliquam formam intrinse– cam». lb., quaest. 3: An pecca/11111 11101tale de potentia absoluta remittipossit absq11e infusione habit11a!is gmtiae, art. 1 (Resolvitur quaesit11t11 afjir1J1ative), n. 69, p. 396b. 41 Cf. J. Duns Scotus, Ox ., 4, dist. 16, q. 2: Utru,n remisio ve! expu!sio ct1!pae et inji1sio gratiae sit 11na simpliciter 111t1tatio, nn. 13-14; ed. Vives, vol. 18, p. 477a-478a. 42 «Nulla igitur est necessaria mutatio in Deo ad remissionem peccati faciendam sine forma inhaerente; quia ad hoc ut Deus dicatur remittere peccatum in hoc instanti, opus non est quod in hoc instanti incipiat velle carentiam peccati, quam prius non vellet, sed quod ab aeterno absque ulla sui mutatione illam pro hoc instanti et non pro antecedentibus voluerit». B. Mastrius, (lb., p. 396b-397a).
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