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388 BUENAVENTURA R. DE CARROCERA mera mitad del siglo XVIII se enseñó en Castilla la teología según la mente e ideología del Seráfico Doctor s. No cabe duda de que esta enseñanza teológica debió influir en las corrientes de espiritualidad. Sin pretender demostrarlo con ejem– plos concretos, nos ceñimos al tema propuesto, es decir: hacer patente la influencia que seguramente tuvieron el pensamiento y la ideología bonaventurianos en los escritos ascético-místicos de los religiosos de Castilla, y desde luego poner en evidencia lo que fueron para ellos los libros del Seráfico Doctor: citas de los mismos, aprecio de sus doctri– nas, veneración por su personalidad, etc. A tal objeto haremos segui– damente un recorrido de los mencionados escritores, describiendo sus obras, analizando el contenido de éstas, indicando las fuentes literarias en las que se inspiraron y los autores en cuya doctrina se apoyaron para formular sus afirmaciones. Todo ello lo haremos muy particular– mente en relación con San Buenaventura, tema principal de este breve estudio. Hacemos además unas indicaciones que juzgamos muy del caso y de interés y que, por otra parte, afectan perfectamente a estos escritores de Castilla. Se advierte en ellos una preponderancia y una preferencia bien marcadas por la vía afectiva - el camino del amor - , para alcan– zar la perfección; como también una insistencia reiterada y casi macha– cona en recomendar la oración, casi diríamos mejor la meditación, como medio imprescindible para alcanzar las altas cimas de la con– templación y unión con Dios; y juntamente, como objeto o motivo de esa meditación asidua, la humanidad de Cristo en los diversos pasos de su vida, pasión y muerte. Esto y el cristocentrismo, que fácilmente se echa de ver en las páginas de sus obras, vienen a patentizamos que los postulados de la escuela franciscana, y más concretamente bona– venturiana, fueron para ellos los guiones seguros y uniformes de su espiritualidad. l. Agustín de Zamora Fue ongmario de esa ciudad española, en la que nació en 1612. En 1627 vistió el hábito capuchino y en 1634 recibió la ordenación. Fue designado Lector de teología, pasando los diez años siguientes dedicado a la predicación. Posteriormente desempeñó el cargo de guardián en varios conventos, el último el de Laguardia (Alava), en el que, según parece, falleció en 1679. Fue asimismo definidor provincial 6• La ocupa– ción principal de su vida fue la de la predicación. Entre las devociones 5 Prueba de ello es que, al tener lugar las opos1c10nes a Lector, los piques para las tesis de teología se hacían por las obras de S. Buenaventura. Cf. ibid. II, 424s, 430. 6 Cf. nuestro Necrologio de los Frailes Menores Capuchinos de la provincia del Sagrado Corazón de Jesús de Castilla, Madrid 1943, l.

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