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H uarte de S an J uan . G eografía e H istoria , 28 / 2021 207 P redicación y reforma en el contexto católico europeo previo a T rento concionatoris  29 , que se adelanta unos años a la propuesta que luego hará Erasmo en su Ecclesiastes . Esta aportación, como afirma O’Malley, «aunque no expresaba enteramente su pensamiento definitivo»  30 , será fundamental, no solo para el entorno protestante, sino que supondrá dotar a la retórica de un papel determinante, que está vinculado con aquel que le corresponde en la formación religiosa del pueblo. Como afirma Campos Vargas –tomándolo de palabras de Dyck– el predicador luterano debía ser un retórico y un dialéctico, lo que impli- caba que su tarea era la de enseñar y exhortar  31 . Algo que, precisamente, el praeceptor Germaniae evidencia al cuestionar la división tripartita propuesta por Aristóteles. Este, al referirse a los géneros del discurso, planteaba los siguientes: el deliberativo, que se refería al uso por el pue- blo en sus discusiones; el forense, destinado a la esfera judicial; y el epidíptico, usado en el mundo del espectáculo. Melanchton añadirá ahora el didascalico u homilético, con esa función precisa y propia  32 . O’Malley explicando esta singular aportación afirmará que «el didascalicum y el epitrepticum son bastante más importantes que el pareneticum , porque tratan de la fe, mientras que el parene- ticum trata de la acción»  33 . Esta aportación es particularmente interesante, en su preocupación por la re- forma, pues muestra ya claramente que se trata de un texto humanista, propio de la Modernidad, en el que se abandonan los parámetros escolásticos medievales. Melanchton ya no habla de sermo , sino de concio  34 . El detalle resulta particu- larmente significativo, ya que se abandona un intercambio, como conversación, proponiendo un discurso breve que va dirigido a los fieles y, por lo mismo, a sus necesidades religiosas. La homilía tiene una pretensión precisa y firme, que él identifica claramente: enseñar. Como ha señalado Carmen Grace «el término concionatorio se refería a la teoría y a la praxis de la predicación específicamente renacentista que se apo- yaba en la retórica como herramienta de persuasión»  35 . En este sentido, para 29 Melanchton, 1929. 30 O’Malley, 1999, p. 287. 31 Campos, 2009, p. 221. 32 A este respecto, O’Malley afirma: «En el De officiis , Melanchton define su teoría sobre la predica- ción emplenado tres genera : el didascalicum , que enseña la verdadera doctrina, el epitrepticum , que exhorta a la fe, el paraeneticum , que exhorta a las buenas costumbres morales. El epitrepti- cum y el paraeneticum se consideran exhortaciones, adaptaciones del clásico genus deliberati- vum ». O’Malley, 1999, pp. 287-288. 33 O’Malley, 1983, p. 228. 34 Resulta sugerente recordar aquí la Concio De puero Iesu , de Erasmo, homilía pensada para los niños. Algo que había expresado también en su Pietas puerilis , donde muestra la necesidad de coherencia de vida en el predicador. 35 Grace, 2016, p. 967.

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