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H uarte de S an J uan . G eografía e H istoria , 28 / 2021 205 P redicación y reforma en el contexto católico europeo previo a T rento hombres el sentido lineal y teológico de la historia de la salvación  25 . Pero hay que tener en cuenta que estas iniciativas, de corte académico e intelectual, no agotan sus preocupaciones apostólicas, sino que estas tendrán también un marco más práctico y concreto; por lo mismo, como refiere García Hernán, Ciruelo dirige y acompaña a un grupo de mujeres, de igual manera que harán luego el Maestro Ávila o el mismo Ignacio de Loyola  26 . En este sentido, la reforma de la Iglesia te- nía que llevarse a cabo utilizando todas las herramientas a su alcance y, también, dirigiéndola a todos los sectores de la sociedad. Cuando Ciruelo escribe estas obras, se encuentra ya enseñando en Alcalá. Para este momento, su pensamiento ha alcanzado ya su madurez. Se trata de un hombre que se muestra como un polímata, pero que sigue dando particular importancia a la formación de aquellos que luego se van a dedicar al ministerio ordenado y, particularmente, al de la predicación. Esta sensibilidad, insistimos, no parece tan medieval, pues aunque pueda no ser original en su planteamiento y discurso, sí se está trasparentando una nueva sensibilidad; aquella que está pre- sente en los comienzos de la Modernidad, donde la preocupación por la transmi- sión de la fe se convierte en algo vivo e intenso. Ciruelo remite a una experiencia personal y propia, en la que intenta responder a problemas concretos con los que él se ha tenido que enfrentar. Tampoco esto parece muy medieval, sin llegar ob- viamente a tener el grado de innovación o sutileza que tendrán las aportaciones que pueda hacer después Erasmo, en este mismo horizonte. Se muestra ansioso por la acción apostólica –algo característico de la Uni- versidad de Alcalá–, aquella impronta que Cisneros logrará inculcar en docentes y discentes de las primeras décadas. Unos activos eficaces, que se infiltrarán en todas las estructuras de la sociedad de su tiempo logrando una vida más virtuosa. Precisamente por ello la preocupación de Ciruelo no se dirige, de manera exclu- siva, en la línea del renacimiento bíblico de la época, sino que hace referencia también al papel que esta tiene de cara al pueblo de Dios. Siente y constata la ne- cesidad de formar a los pastores y al pueblo. Aun siendo un escolástico de nuevo talante, tal y como será luego Francisco de Vitoria, plantea una pietas litterata de claro sabor intimista, que se aleja de formas ceremoniales externas y de una religiosidad institucionalizada  27 , buscando esa recuperación del mundo interior. Ahí se explica y tiene pleno sentido la publicación de unas obras, estrechamente 25 «Erunt autem haec nostra principia, quibus totius edificio structura substentatur, verissima et ab omnibus doctis fidelibus concesse. Et eis bene intellectis apparebit statit intentio nostri operis principalis. Et inde concipietur spes secure perveniendi ad finem optatum. Hoc est ad verum et litteralem sensum libri missalis et aliorum officiorum Ecclesiae Dei». Ciruelo, Expositio libri missalis , fol. 4v, §. 6. 26 García Hernán, 2013, p. 166. 27 Álvarez Turienzo, 1986, p. 50.

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