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LA LIBERTAD RELIGIOSA DEL INDIO ... 405 Hecha esta afirmación genérica, Alfonso de Castro fijará las condicio- nes para que la guerra indiana sea justa: * Se debe advertir, en primer lugar, a los indios de la falsedad del culto a sus dioses y se les debe anunciar el verdadero Dios: si an– tequam Reges contra illos bellum moveant, procurent dz'ligenter, et fideliter illos monere, ut falsorum deorum cultum deserant, et verum Deum, quz· est cunctorum creator et rector adorent. * La monición, en segundo lugar, no debe ser leve sino vehemen– te y diligente ( qualem facere solent homines z'n rebus parvi mo– mentz). * Se debe, en tercer lugar, reiterar en sucesivas ocasiones el anun– cio de la Ley Evangélica, ofrecer algunas pruebas razonables de la veracidad de lo anunciado, darles buen ejemplo de vida: Nam sz' levz's esset praedicatz'o, utputa quia semel tantum Jacta, et sine suadente rati'one, f orte z'llz' non generentur statz'm credere, ne leves corde censerentur... Absurdum autem esset dz'cere, quod Indi istz· in novo orbe reperti, quibus numquam fuerat annuntz'atum Evan– gelium, teneantur citius credere, quan illi quibus Christus zpse praedicavit. * Además, en cuarto lugar, el anuncio del Evangelio debe ser rea– lizado con delicadeza, con amor y no de forma áspera con ame– nazas y temores quia talis potius coactio quam monz'tio dicenda est (39). Condiciones que, si aplicadas, desvirtuaban prácticamente la primera afirmación genérica de Alfonso de Castro y que limitaban la causa justa de la guerra por razón de la idolatría no para obligar a los indios a creer y a bautizar sino para que no impidieran la predicación de la fe cristiana y para que con sus prácticas idolátricas no ofendieran a la religión cristiana. Esta idea central de su pensamiento aparece más claramente expuesta cuando comenta un polémico pasaje de Duns Scoto en el que se afirma– ba que religz·ose fierz: si príncipes Chrzstiani cogerent minis et terroribus z'nfz'deles ad fz'dem suscipiendam. Castro entiende que, a propósito de este pasaje, hay que hacer una doble distinción para su adecuada compren– sión: a) Infieles súbditos de un príncipe cnst1ano: aquí es de aplica– ción la anterior afirmación de Duns Scoto (Ego existz'mo, z'ntellz'– gendum esse, de illis salís Princz'pibus, qui infidelz'bus alias praesunt, (39) lbid., p.134-35.
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