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LA LIBE¡TAD RELIGIOSA DEL INDIO . . . 403 La cuestión, en realidad, no es tan sencilla como parece dar a entender la anterior opinión. Para comprender adecuadamente el texto que Alfonso de Castro dedica a este tema hay que entender la finalidad de la obra, el contexto de la misma y el pensamiento teológico-canónico del autor. La finalidad de la obra, lo que realmente preocupa a Alfonso de Castro, es el problema de la herejía que en el siglo XVI ha roto la unidad religiosa de Europa: a su resolución teórica y práctica dedica dos de sus grandes obras, el Adwrsus omnes haereses, o refutación teórica de todas las herejías que ha sutrido la religión cristiana, y el De iusta haereticorum punitione, o jus– tificación de la lucha contra la herejía apoyándose en el poder político. El contexto en el que se exponen sus ideas sobre la lucha contra la idolatría en Indias es la justificación de las guerras de religión que el Emperador Carlos V estaba realizando por aquellas fechas: a él va dedicada la obra animándole a continuar la lucha emprendida por él contra los herejes pro– testantes europeos (33). Y el objeto específico del capítulo donde se ex– ponen estos textos es el siguiente: An liceat haereticos bello oppugnare, postquam de illorum pertinacia, atque rebellione plene constiterit (34). La razón de este capítulo específico es, como nos dice el mismo Alfonso de Castro, justificar la lucha armada de Carlos V contra los herejes euro– peos frente a algunos autores católicos que criticaban dicha intervención armada (35 ). Y, finalmente, no cabe olvidar que en Alfonso de Castro están plenamente imperantes las ideas medievales de la Cristiandad: ésta hace relación al aspecto social-político de la vida cristiana e implica un régimen temporal plenamente cristiano, una unidad y armonía plenas entre la Iglesia y el Estado. La idea de Cristiandad, y en esto entronca con la tradición medieval de las dos espadas o poderes que deben actuar mancomunadamente para bien espiritual del pueblo cristiano, .es en él un supuesto indispensable del que hay que partir para comprender toda su obra (36). (33) De iusta, o.e., proemium: 'aeternam optat foelicitatern. perpetuamque de hos– tibus victoriam '. (34)Ibid., lib.Il, cap.XIV, p.133. (35)Ibid., p.133: 'Quo quum redirem (de Trento a España), multas, variosque ho– mines, qui se fideles Catholicos jactabant, in via audivi, qui bellum quod Caesar (Carlos V) gerebat ob solam Christianae religionis causam ab illo motum esse interpretantes, eumdem Caesarem ob eamdem causam improbe, atque irreligiose accusabant, dicentes rem minime Christianam esse, haereticos bello oppugnare: quia illi (ut dicebant) non armis, sed rationibus vincendi erant. Hac igitur occasione ego motus, decrevi hanc con– troversiam huic operi~ quod iam ad umbilicum perduxeram, inferere, ut ostenderem to– to (ut dicitur) errare coelo eos, qui ita sentiunt". (36) F. de Ventosa, 'Alfonso de Castro y los problemas de la "Nueva Cristiandad", Estudios Franciscanos 60 (1959) 203-46. Así define él las tareas de las potestades ecle-

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