BCCCAP00000000000000000001381

FUNDAMENTOS ANTROPOLOGICOS Y TEOLOGICOS 181 Algo peculiar a San Francisco es haber participado de alguna manera lo que San Pablo afirma escatológicamente de la creación entera, a la que describe con dolores de alumbramiento, esperando la revelación de los hijos de Dios. Al cantar Francisco al Hno. Sol y a la Hna. Luna con todas las creaturas siente a éstas transformadas por la efectiva redención del hombre. Y como vueltas al estado de inocencia. Es esto lo que da a entender el teólogo M. Schmaus, cuando, al ponderar que el fin de la creación es glorificar a Dios, según lo atestiguan la Sda. Escritura y los SS. Padres, añade a estos preclaros testimonios el Cántico de San Fran– cisco, que no se halla ante nosotros como pecador que ha sido perdonado sino como creatura que no puede meaos de prorrumpir en un himno de alabanza al Señor, vinculado a la Iglesia que de esta suerte muestra que cielos y tierra están llenos de la gloria de Dios >53. Con menos teología, pero en gran perspectiva histórica canta E. Marquina el triunfo de la inocencia de San Francisco en estos versos sentenciosos: «Necesitó la tierra, como la Humanidad, doce siglos de penitencia, doce lóbregos siglos de abandono y de ausencia, para volver a la diafanidad de su inocencia... » 1 5•4. En contraste con esta visión franciscana, una frase de hierro se repite en ciertos ambientes críticos frente a todo proyecto esperanzador: «Quien pretende hacer de la tierra un paraíso, la trueca en un infierno». Demos de mano, sin pena alguna, a muchos proyectos ilusorios que han acabado en infierno. Pero no olvidemos que en la esencia de lo franciscano está la proyección hacia lo que dice nuestro lema: «Paz y bien>>. Esta paz y este bien serán los preámbulos de un mundo de menos tristeza y de más alegría, porque será un mundo más reconciliado con Dios. Abrimos esta meditada reflexión con un texto autorizado de Juan Pablo II. Con otro no menos autorizado de Pablo VI la quisiéramos cerrar. Ya, al iniciar este cuarto momento de naestra reflexión, citamos su exhor- i5,3 M. SCHMAUS, Teología Dogmática. II. Dios Creador, tr. españ., Ri,alp, Madrid 1959, t. II, p. 125-126. M E. MARQUINA, La poesía de San Francisco de Asis. Poema pronunciado en Cur,so de Conferencias acerca de la PersonaHdad de San Franci.sco, con ocasión del VII Cen– tenario de su muerte. Colegio de Docto 1 res de Madrid, 1927, p, 307-3,29 (el texto citado en p. 312-313),

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz