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FUNDAMENTOS ANTROPOLOGICOS Y TEOLOGICOS 175 cerramos con sumo gusto y agrado esta parte de nuestro análisis, asu– miendo la actual doctrina de la gracia desde esta perspectiva del encuen– tro coloquial. En las lecciones teológicas que recibimos, hace justamente medio siglo, se nos explicaba la gracia desde su realidad óntica de don gratuito, por el que veníamos a ser hijos de Dios y herederos del cielo. Hoy la teología juzga que esta concepción tiende a «cosificar» la gracia. La obra de G. Philips, Inhabitaci6n trinitaria y gracia 43 , es un reclamo a abando– nar este esquema de tendencia cosificante para abrirnos a una perspec– tiva más personalista. No es que ahora se niegue que la gracia santifi– cante sea algo que se llama «don». Pero se juzga que la misión primaria de ese don es ponernos en relación íntima y personal con la Trinidad que inhabita en el alma por la gracia. No es posible desarrollar ahora tan bello tema. Pero sí desearíamos suscitar viva atención sobre lo que el mismo G. Philips escribe comen– tando a San Buenaventura. Afirma en este comentario que el doctor será– fico parte en su análisis sobre la gracia de que la intimidad de la per– sona humana es intangible. Ningún ser creado puede penetrar en ella ni violentarla. Sólo un «illapsus» divino, que ni ángel ni hombre pueden producir, es capaz de insinuarse en ella. Este «illapsus», que deja intacta la personalidad humana, es el resultado de la misión divina, cuando tiene lugar la inhabitación trinitaria en el alma. Detengámonos, aunque con brevedad, en el análisis antropológico– teológico de esta palabra que es aquí clave: «illapsus». Inicialmente advertimos que es un sustantivo, desconocido en el latín clásico y que los teólogos medievales derivaron de «illapsus», participio pasivo del verbo «illabor». Las lenguas modernas, derivadas del latín, se han resis– tido a aceptar el vocablo medieval. Los franceses no se han atrevido ni a traducir el vocablo. En Dictionnaire de Spiritualité hallamos la palabra «illapsus», con el verbo entre paréntesis «illabi», como cabeza de tema que se comenta como cualquier otro término francés de teología espiri– tual 44 • Nuestro purismo español anda más embrollado. Decimos esto ante la explicación que el Diccionario de la Real Academia da del vocablo ·~3 G. PHILIPS, Inhabítaci6n Trinitaria y Gracia, tr. esp., Secretario Trinitario, Sala– manca 1974. 44 M. DUPUY, Illapsus (Illabi). Dictionnaire de Espiritualité. París 1971, VII, col. 1325-1330.

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