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FUNDAMENTOS ANTROPOLOGICOS Y TEOLOGICOS 173 Dejemos ahora esta pregunta sin respuesta y subrayemos que nuestro Seo. Padre, al dirigirse a la Iglesia y contemplarla como Sancta Mater, ha optado por el amor. Vive su vida eclesial, frente a la despersonaliza– ción y cosificación del «ordo», desde la categoría del encuentro. Llama «Madre» a la Iglesia. ¿Es que se da en esta tierra que pisamos una rela– ción más personal que la de la madre con su hijo, desde la primera son– risa del lactante hasta que la cercana muerte motiva la repetición semi– inconsciente de este dulce nombre hasta que los labios definitivamente se cierran? Y no se alegue que hay que dar de mano a sentimentalismos, pues está en la conciencia de todos que esta filosofía es el primer saber sa– piencial que se aprende y el que nunca se olvida. De esta sabiduría sapiencial vivió el alma de San Francisco. Ella le iluminó para insertarse en la vida de la Iglesia, no considerándose un pertrecho más a su servi– cio, sino sintiéndose hijo fiel y confiado. Baste en confirmación a este aserto recordar el momento en que, rodeado de sus primeros discípulos, como de sus polluelos la gallina, corre a ponerlos bajo la protección de la Santa Iglesia Romana, para que esta Madre los cobije con sus alas potentes. Este encuentro con la «Sancta Mater Ecclesia» le garantiza a Francisco la rectitud de la vuelta a Dios de sí mismo y de los suyos 88 • El encuentro teologal de San Francisco en su retorno a Dios hasta la plena reconciliación mística lo entrevemos reiteradamente en su vida. Bernardo de Quintavalle sorprendió er:tre sueños el diálogo místico que tuvo durante toda la noche con su Dios y Señor. Cuando se retiraba en solitario para mantener largos diálogos con su Padre Celestial, no per– mitía que creatura alguna le importunara. Hasta tuvo la genial idea de planear para sus frailes la regulación de estos momentos de comunión contemplativa.. Su inspirada Regula pro emeritoriis data es la vibración de un alma que ha logrado plenitud de encuentro con su Dios y señala el método fácil que facilite a sus frailes este sublime logro 39 • Después de uno de esos momentos de abismático silencio contempla– tivo vive no sólo el misterio de su propia reconciliación con Dios sino que siente que toda la creación entera le acompaña en este misterio de reconciliación. Sólo en aquel instante feliz en que percibe Francisco al 3 8 Sobre este tema nos remitimos de lle:::io al sugestivo y profundo estudio de K. EssER, Sancta Mater Ecclesia Romana. Die Kirchenfrlimmigkeit de hl. Franziskus vom Assisi, en Wissenchaft und Wissenchaft und Weisheit, 24 (1961) 1-26. s• Regula pro eremi,toriis data. Opuscula... (ed. Ess,er), p. 296-298.
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