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FUNDAMENTOS ANTROPOLOGICOS Y TEOLOGICOS 161 que no pudiera hacerlo en la anterior reflexión trinitaria. El texto de San Agustín, que tenía delante, es muy breve pero de mucho alcance por su contenido. Dice así el doctor de Hipona: «Quia bonus est Deus, sumus» 1 '5 • San Buenaventura comenta este texto en términos tan daros y precisos que nos vemos obligados a trascribirles en su lengua original, cuya tra– ducción damos en nota: «Quia bonus est Deus, vult se diffundere; et quia vult se diffundere, vult creaturam producere; et quia vult creaturam pro– ducere, vult creaturam esse; et ideo, quia bonus est, sumus» ' 116 • Ante estos textos no es posible poner en duda la primaria signüicación del Bien y la Bondad en la visión sintética que de la realidad total se formó San Buenaventura. El río de la Bondad que tiene su fuente en Dios Trino, atraviesa toda la creación hasta llegar a regar la más mínima porción de ser. Nos queda, con todo, por mentar y ponderar, el misterio máximo de la Bondad Eterna, hecha visible. Aludimos, es claro, al misterio de la Encarnación. San Pablo, en su carta a Tito que la Iglesia recuerda en la liturgia de la Navidad, nos dice que en Cristo apareció la benignidad y la «philantropia» -mantenemos la palabra griega del original-, por quien nos vino la redención y nueva vida. San Buenaventura es un eco del Apóstol cuando profiere este enunciado que resume su Cristología: <dn Incarnatione fuit copiosisstma diviooe bonitatis effusio» '17. Con menos rigidez escolástica y con más tónica vital expresa esta efusión benigna y misericordiosa, hecha cuadro plástico, en su comentario a las parábolas inolvidables de la oveja perdida, la dracma y el hijo pródigo. Este comen– tario, profundo y humano, lo tendremos muy presente a lo largo de nues– tra reflexión. Basta ahora anotar cómo San Buenaventura no halla mejor glosa al ósculo del perdón del Buen Pad~e que recordar el suspiro de aquel otro padre bíblico, Isaac, cuando al morir pide a su hijo querido: «Da mihi osculum>>. Para el ósculo del perdón paterno halló San Buenaventura un preanuncio en el ósculo respuesta a un amor filial consagrado 18 • Con este largo razonar hemos intentado proponer, como todos com– prenden, una motivación antropológico-teológica de la actitud ·bondadosa ·1,5 SAN AGUSTÍN, De doctrina christiana, lib. 1, cap. 32, n. 35; PL. XXXIV, col. 32. 116 In II Seillt., d. 1, pars 11, dub. I; Op. O. (Quaracchl) t. 11, p, 51: «Porque Dios es bueno, quiere difundirse; porque qui-ez,e difl.:.ndirse, quiere producir la creatuTa; por– que quiere producir la oreatura, quieTe que la creatur•a ·sea; de donde, porque es bueno somos o e~istimos». '1'7 In III Sent., d. IV, a. I, q. 1: Op. O., t. III, p. 99b. 1s Commentarius in Evangelium Lucas, cap. XV; Op, O., t. VII, p. 396 b.

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