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16. lb., 107. Según la Relación primera verdadera.. . (BN, V.E. 141-46) los Padres Trinitarios sufrieron mucho al enterarse de lo que había hecho el sacerdote de Gibraltar, ya que al lle– gar las imágenes a Sevilla y «no ha– biendo más custodia que la del arrie– ro , se podía temer a vista de alhajas de tanta estima, que se quedasen al– gunas en manos de alguna devoción pasada». Clara alusión a que la mayoría de dichas imágenes proce– dían de Sevilla, y en concreto no del convento de Trinitarios, como indi– camos anteriormente. 17. Protocolo del convento de trinitarios descalzos de la ciudad de Córdoba, fols. 280v-282r. Cf. obras citadas en la nota 12. La procesión solemne con las imágenes rescatadas tuvo lugar el primer domingo de septiembre. El Ayuntamiento de Madrid contribuyó a los gastos «con mil reales de ve– llón». Libro de Acuerdos del Ayunta– miento de Madrid, Ms . en Archivo de Villa (Madrid), sig. 94, agos– to-septiembre 1682. El convento donde ahora quedaba colocada la imagen de Jesús Nazare– no, había sido fundado en 1606 por el reformador de la Orden trinitaria, San Juan Bautista de la Concepción. En ese año el duque de Lerma, D . Francisco Gómez de Sandoval y Rojas, donó a los Padres Trinitarios Descalzos el solar y edificó después el convento que se llamaría de la En– carnación de Nuestra Señora, «por la mucha devoción que el duque ha te– nido y tiene a la dicha fiesta de la Encarnación». En contrapartida , el duque sería patrono único «con to– dos los honores, privilegios y preemi– nencias» . Archivo histórico de proto– colos de Madrid, Libro 2 540, fols. 402-406 . Cuando llega la imagen de Jesús a Madrid, el ducado de Lerma había pasado a la casa Medinaceli por casa- miento de D. Juan Francisco de la Cerda, duque de Medinaceli , con Dña. Cat2.lina de Aragón y Sando– val, duquesa de Lerma. La fama de la imagen de Jesús se extendió rápi– damente por la Villa y Corte. Debi– do a ello , a principios del siglo XVIII, el convento de la Encarna– ción cambia de nombre , pasando a llamarse convento de Jesús Nazare– no. En las proximidades de este con– vento han vivido grandes figuras de las letras españolas: Cervantes, Lope de Vega, Quevedo ... ; posteriormen– te, los Moratines, Ventura de la Ve– ga , Zorrilla, Echegaray, Vázquez de Mella , «Azorín» ... ; familias de pinto– res como Los Madraza; de artesanos como los doscientos que llegaron a trabajar en la Platería de Martínez .. . Hasta tal punto han florecido en este barrio la literatura y las artes que ha sido llamado con todo derecho el ba– rrio de las tablas y de las letras. JUAN ANTONIO CABEZAS, Ma– drid, Barcelona 1971, 297-321. 18. Archivo diocesano de Madrid , leg. Fábrica parroquia San Martín, 1680- 1823; AHN, Sec. Clero IV: Ma– drid-Orense , Libro 4. º de Acuerdos de la Ilustre Esclavitud de N.P. Jesús Nazareno, 1795-1820, sig. 19 175. 19. Archivo diocesano de Madrid, Vica– ría Eclesiástica, Sala 4.a, leg. 72, núm. 26. La Casa Medinaceli ha es– tado unida a la imagen de Jesús des– de su rescate . El Duque de Medina– celi, D. Juan Francisco de la Cerda, era entonces Primer Ministro del rey Carlos 11, y capitán general del mar océano. Los duques eran, además, patronos de la iglesia de los Padres Trinitarios, donde se instaló la ima– gen. Favorecieron suntuosamente tan– to a los religiosos como todo lo refe– rente al culto de la efigie. A princi– pios del siglo XX a N .P. Jesús Naza– reno comienza a conocérsele también 61
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