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Nazarenos con sus largos capirotes acompañando a la imagen . ción General de Seguridad, fue tal el agua– cero que comenzó a caer, que se hizo imposi– ble seguir adelante, dándose orden para que la carroza volviese c. su templo» 48 • MILAGROS DE N.P. JESÚS Con frecuencia nos preguntan los profesio– nales de los medios de comunicación social por qué los hombres de hoy siguen acercán– dose a N.P. Jesús, en una época en que las devociones populares están en constante decadencia. Quizá la mejor respuesta sea la que nos da el P. Eusebio del Santísimo Sacra– mento, uno de los primeros historiadores de la efigie. Dice él: «El haber crecido tanto esta devoción ha sido por los innumerables mila– gros que ha obrado Cristo Redentor nuestro por esta su santa imagen, cautiva y rescatada, los cuales no es posible referir en esta breve noticia... Baste decir que no se hallará espe~ cíe de trabajo de que muchas veces no haya librado a sus devotos, tribulación en que no les haya dado consuelo, ni enfermedad que con su invocación no haya cesado. Resplan– dece con especialidad en trocar corazones obstinados, y convertir con su vista a los pecadores más endurecidos en sus vicios» 49 • Digamos en primer lugar que en esta devo– ción no se fingen milagros para promover el culto, ni se hace ni se dice nada que vaya contra la sana doctrina de la Iglesia. Por otra parte, es de todos sabido que Dios se compla– ce en otorgar gracias especiales por media– ción de unas imágenes y no de otras. Asenta– dos estos principios, añadimos: Nadie se molesta en honrar a un santo, ni se pasa horas expuesto a las inclemencias del tiempo, si no espera conseguir algo. Las abejas no se posan en las plantas que carecen de flores para 55

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