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52. La Prc;dera de San Isidro, de Gaya. Museo del Prado . la Madre de Dios; y una tercera de las Áni– mas para ofrecer sufragios por los difuntos, en especial los propios del pueblo . San Fran– cisco de Sales resaltará más tarde la impor– tancia de ingresar en las cofradías como me– dio para progresar en la perfección: «Entra de buena gana en las cofradías del lugar don- de resides, y particularmente en aquellas cu– yos ejercicios traen más fruto y edificación, porque en esto manifestarás un género de obediencia muy agradable al Señor». A finales del Eiglo XIII existía ya una co– fradía en honor del bienaventurado Isidro. Juan Diácono comienza a relatar uno de los milagros de esta manera: «Otro hombre, mayordomo en la cofradía del bienaventura– do Isidro ... » (Nº 36). Desconocemos los es– tatutos de esta primera cofradía; pero se conservan los redactados en 1487, . copia- dos con toda garantía de autenticidad en va– rios de los tomos de los Procesos de canoni– zación. Los estatutos constan de cuarenta or– denanzas; cumpliéndolas, los cofrades po– drán «haber y alcanzar vida perdurable». Regulan las obligaciones de los cofrades, sus fiestas religiosas, la ayuda mutua que se de- 67
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