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de San Pedro, San Andrés y San Isidro. 15 de mayo de 1979». . La ermita actual -restaurada- sigue la línea de la existente en 1725. El interior es de estilo neoclásico; el exterior es barroco madrileño especial. El rstablo es de 1941, igual que las imágenes . Estas corresponden a San Isidro con la aguijada en la mano, y a Santa María de la Cabeza, con la vasija de aceite y el tizón encendido. En el centro se representa el milagro del santo cuando a golpe de aguijada hace brotar agua para que beba su dueño , Iván. 50. San Isidro. Talla en madera estofada, finales del s. XVII. Romería Madoz afirma categóricamente: «Como verdadera romería sólo puede contarse en Madrid la que se celebra el 15 de mayo en • la ribera del Manzanares y ermita del santo patrono San Isidro. Su origen data del año 1528 en que se fundó este templo por la err:– peratriz Doña Isabel... Desde dicha época empezó el pueblo madrileño a ir en romerí_a el 15 de mayo, día de la festividad de San Isi– dro, para el cumplimiento de promesas he– chas durante el año. Con el transcurso del tiempo la festividad, que era sólo religiosa y limitada, se hizo alegre y general; y hoy son pocos los madrileños 'y contados los foraste– ros que n6 concurren en dicho día a las pra– deras del Manzanares, a~raídos por el aspec– t.o enteramente nuevo y variado que ofrecen. Como por encanto sé improvisa en las cer– canías de la capilla una población simétrica, formada de edificios de lienzo, de tapices y esteras, que tamo sirven de tiendas de dul– ces, vinos y juguetes de barro, como de fon– das y cafés, en que se consumen bebidas y comestibles ... Y no es sólo dentro de estos re– cintos donde se almuerza y se merienda ... con notable buen humor; sino que en todo el campo que se halla en las cercanías de la ermita se ve una extraordinaria muchedum– bre que se solaza y recrea en bailes, juego:,;: y otras diversiones, formando ranchos de fa– milias que suelen llevar preparadas de sus casas las viandas que allí consumen en na- tural jovialidad. . Mezclados con estos regocijos los cánticos de los concurrentes y los juegos que estable– cen los especuladores, se convierte aquel campo en una babilonia .. . , en donde todo es alegría, bullicio y algazara . . . ; y no sólo el día de la festividad del santo, sino algunos antes y' muchos después de ella, es notable el concurso que se observa por aquella parte de Madrid» 35 . , La romería comenzaba con la procesión que salía por la mañana de la parroquia de San Andrés y se dirigía a la ermita del santo labrador, cruzando «el pontón de San Is~– dro». Los madrileños rezaban y se encomen– daban a su santo patrón; bebían agua de la

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