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47. Puente de Toledo, con los templetes de Isidro y María de la Cabeza, s. XVIII. Al fondo, cementerio de la Sacramental de S. Isidro. (-i~ IV FUENTE, ERMITA Y ROMERÍA DE SAN ISIDRO El pueblo cristiano ha s~ntido siempre una gran devoción por San Isidro, dedicándole un gran número de ermitas a lo ancho de la geografía española. Quizá la más importan– te sea la que se levanta en la margen dere– cha del río Manzanares, entre los puentes de Segovia y Toledo. Para llegar a esta ermita se cruza el puente de Toledo, donde se pue– de admirar las dos imágenes barrocas de San Isidro y de su esposa Santa María, obra del escultor Juan Alonso de Villabrille y Ron (s. XVIII). Pero remontémonos al origen de la fuente y ermita. Fuente Un día caluroso, Iván de Vargas se acer– có a visitar los campos donde trabajaba su criado Isidro . Sintió sed y no encontrando agua por todo el campo, le dijo: «Isidro, ten– go sed, ¿tienes algo para beber?» El santo respondió: «de ninguna manera, pero vues– tra merced vaya a tal lugar que allí encon– trará una fuente». Fue el amo a donde su criado le dijo , y mirando con cuidado a to– dos lados, no halló señal alguna de agua. Volvió al santo y le dijo: «Isidro, te burlas de mí porque allí no hay ni fuente ni agua». Entonces el santo tomó su aguijada y yendo donde le había indicado al amo, golpeó con su aguijada una piedra diciendo: «Cuando Dios quería, aquí agua había», y salió gran cantidad de agua cciri la que su amo apagó la sed. Y hasta nuestros días perdura la fuen– te con el nombre de fuente de San Isidro. La fama milagrosa de estas aguas hizo que los madrileños se acercaran en todo tiempo a beber en esta fuente, y llevaran el agua a sus casas. Actualmente, el agua brota deba– jo del altar mayor de la ermita, y es condu– cida al exterior por unas tuberías situadas en el lado norte 33 •

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