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Arca de los plateros En 1620, la Cogregación de San Eloy, de plateros, de Madrid, con motivo de la bea– tificación de Isidro, le regala una nueva arca, de madera chapeada de plata, juntamente con una imagen del santo de bronce dorado. De esta arca dice Bleda que «de sola plata y oro tiene 16.000 ducados», y que la hicie– ron los plateros mismos a su costa, «que si se les pagaran las manos, costaran más de 30.000 ducados». Los reyes Carlos II y Mariana de Neo– burg, el 28 de enero de 1692 donaron una nueva caja interior, que se llamaría desde entonces «caja o urna de Doña Mariana de Neoburg,,; se colocó dentro del arca de los plateros. Esta caja interior es la misma que contiene actualmente el cuerpo de San Isi– dro. Es toda ella de nogal, guarnecida de fi– ligrana de plata sobre tela encarnada de seda, con ocho aldabones y cinco remates de plata que se ponen sobre el plano superior 24 • El día 23 de rr.arzo de 1936 se sacó la caja interior con el cuerpo de San Isidro, y se es– condió en un lugar seguro dentro de la mis– ma catedral. Allí permaneció durante el tiempo que duró la guerra civil española. El arca exterior, la de los plateros, que quedó en el altar maycr «para despistar», fue des– truida en el incendio provocado en la cate– dral en julio de ese mismo año. Arca de 1939 Terminada la guerra, se construye una nueva arca exterior «de madera recubierta con pane:es de plata y oro, en todo semejan– te a la desaparecida de los plateros, menos en su valor», y dentro de ella se colocó la urna de Doña rviariana, con el cuerpo in– corrupto de nuestro santo . Así está en la actualidad 25 . Sepulcros donde ha permanecido el cuer– po de San Isidro La fama creciente de la santidad de Isidro ha sido la causa de los diversos traslados de 38. Retrato ecuestre de Mariana de Neoburg, de Lucas J ordán. Museo del Prado. su cuerpo. Se buscan capillas, iglesias y co– legiatas cada vez de mayor importancia. Así lo exige la devoción de los madrileños y del pueblo cristiano al santo Labrador. Cementerio de la parroquia de San Andrés Según Juan Diácono, Isidro «fue enterra– do en el cementerio de la parroquia de San Andrés apóstol. Allí estuvo sepultado duran– te mucho tiempo, es decir, cuarenta años, hasta tal punto olvidado por todos y desa– tendido que en las épocas de lluvia irrumpía un arroyuelo en el interior de la sepultura» (N . 0 6). Aquí permaneció desde 1172 a 1212. Cerca del presbiterio, en el lado izquier– do, se ha col_ocado modernamente una lápi– da con esta inscripción latina: «Loe. Sep. S. Isidori Agríe.», que en castellano quiere de– cir: Lugar de la sepultura de San Isidro La– brador. Indica el sitio exacto donde, según la tradición, estuvo enterrado el santo estos primeros cuarenta años.

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