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37. Detalle del Arca rr.osaica. Multiplicación de la harina en el molino. niaturas de los códices. Consiste ésta en di– vidir el campo en cuadros arquitectónicos con sus pilastras, :::olumnas y arcos trilobu– lados. Las columnas y los frisos recuerdan el estilo románico, y los arcos el ojival. .. Examinando más de cerca las ·figuras tra– zadas en el frente, tropezamos con la repre– sentación de vario~pasajes de la vida del san– to. Están éstos divididos en ocho huecos, y comenzando de izquierda a derecha del es– pectador su descr(:Jción es como sigue: En el primer compartimento se divisa a María de la Cabeza, esposa de Isidro, con un cesto en la cab::za, al parecer de manza– nas, y una olla er. la mano derecha. Tiene una saya roja, cerrada sobre la garganta, que cae hasta los tobillos ... Los pies los lleva des– calzos con zapatas abiertas ... A continuación en el mismo compartimento, está Isidro , ves– tido de sayal negrc -verdoso, con capote y ea– µucha blancos y a.barcas en los pies. Está 50 vuelto de espaldas a su esposa, y en ademán de dirigir el arado que tira un par de bueyes rojos, que están pintados en el segundo com– partimento. En el tercero aparece su amo Iván de Vargas, a caballo, todo de color blanco, que va a enterarse de si su criado pierde el tiempo, como le habían dicho, o está efectivamente trabajando. El cuarto compartimento lo llenan dos án– geles, vestidos de blanco, que están arando con una yunta de bueyes rojos. En el quinto aparece otra vez Isidro guiando el borrico cuando va al molino, y da de comer con parte del trigo a las hambrientas avecillas. A esto sigue en el sexto cuadro la pintura del moli– no con su rueda y tolva, y de pie dos sacos repletos de harina, anunciando el prodigio del crecimiento de ésta. El séptimo y el oc– tavo forman un conjunto. En el séptimo se divisa a los dos esposos en el zaguán de su casa, mirándose mutuamente, y en el octa– vo, al pobre que llama a la puerta pidiendo una limosna. María de la Cebeza tiene la olla en la mano, que creía vacía, pero que milagrosamente se llenó de comida suficien– te para alimentar al pobre que está en el próximo compartimento, vestido con sayal encarnado y capote negro» 23 • Estas pinturas, además de su valor artís– tico, poseen otro muy grande, histórico, por– que nos transmiten de una manera plástica, a los pocos años de la muerte de San Isidro, varios de sus milagros más conocidos. Y si realmente esta arca se construyó en 1213, como sostiene la tradición, sería también un argumento fuerte que avalaría la veracidad de lo que cuenta Juan Diácono, por lo me– nos en los primeros números de su «biogra– fía» . El Diácono no habría hecho más que recoger los datos y milagros que estaban en boca de todos. Esta arca ha sido presentada en la Expo– sición Internacional celebrada en Estados Unidos de América, y dos veces en el Mu– seo municipal de Madrid. Durante los meses de febrero y de marzo de 1986 ha estado ex– puesta en la Casa del Monte, de la Plaza de San Martín de esta Villa. Actualmente se en– cuentra en el Palacio arzobispal de Madrid.
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