BCCCAP00000000000000000001377

33. Alfonso VIII en Las Navas de Tolosa, de Francisco de Paula van Halen . Palacio del Senado. Maa:rid. de un pastor en el momento decisivo no pue– de ponerse en duda. En primer lugar está el testimonio del mismo Alfonso VIII. En la carta que envió al papa Inocencio III, des– pués de la batalla, le dice: «Por la guía de cierto rústico que nos envió Dios sin espe– rarlo, hallaron nuestros magnates en el mis– mo sitio otro paraje bastante fácil». D. Ro– drigo Jiménez de Rada, arzobispo de Tole- 44 do y presente en la batalla, afirma en su His– toria General de España: «Dios omnipoten– te que dirigía este suceso con especial gra– cia, envió cierto hombre plebeyo, bastante– mente despreciable en el hábito y en la per– sona, que en otros tiempos había apacenta– do ganado en aquellos montes ... , el cual mostró fácil camino y muy regular, por la cuesta de un lado del mismo monte».

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz