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18. Portada de la case solar de l ván de Vargas, en la calle del Doctor Letamendi, de Madrid. aquí confieso se infunde una tierna devo– ción, considerando fue morada de dos espo– sos tan santos, que vivían en aquella habita– ción como unos ángeles, conformes en las alabanzas de Dios, perseverantes en la ora– ción y contemp~ación de sus divinos mis– terios». En esta casa les nació un hijo. «Luego, pues, que la santa matrona se sintió preña– da, acudió a la Madre de Dios, ofreciéndola el fruto de sus entrañas. Frecuentaba los san– tos sacramentos, confesando y comulgando más a menudo que antes». El hijo fue reci- bido con inmensa alegría. La tradición afir– ma que fue padrino del bautismo Iván de Vargas, y que al niño se le impuso el nom– _bre de Juan, «por condescender agradecidos al gusto del padrino» 10 Milagro del pozo Vivía feliz el matrimonio con su hijo. Pero esta felicidad iba a durar poco. Había den– tro de la casa «un pozo de agua, cuyo brocal era bastante bajo, y arrimándose un día Ma– ría a él hizo la criatura un movimiento re– pentino, y desprendiéndose de los brazos de su madre cayó en el pozo, cuya profundidad era mucha. Estaba el santo en el campo, y viéndose María sola no. sabía qué hacer: llo– raba sin consuelo la desgracia con la pena que se puede discurrir de una buena madre en caso tan lastimoso». Regresó Isidro del campo; enterado por su mujer de lo sucedi– do, «se pusieron ambos en oración pidiendo a nuestro Señor que por su Santísima Ma– dre les consolase en aquella aflicción. ¡Cosa por cierto a todas luces rara! Conforme ha– cían oración iban las aguas creciendo y su– biendo, hasta que llegaron a igualar con el brocal. Encima, en la superficie de ellas, su– bió el niño, vivo y risueño, dando golpes con las manecitas en el agua, y como jugando con aquel elemento que poco antes le había servido de sepulcro» 11 • Alonso Cano inmortalizó este feliz acon– tecimiento en el lienzo «El Milagro del pozo», compuesto hacia 1646 y que se halla en el Museo del Prado. El niño y su madre miran arrobados al santo; a la derecha se contraponen los niños que juegan simbólica– mente con el agua y las dos mujeres que con– versan animadamente. La presencia del ro– sario en el centro del cuadro indica clara– mente la intervención de la Virgen _en este hecho gozoso 12 • Esta casa, donde vivió el santo matrimo– nio, pasó con el tiempo a ser propiedad del marqués de Peñafuente. Derribada en este siglo, se conservaron el oratorio y el pozo del milagro; actualmente se encuentran en esta– do lamentable. En marzo de 1986 el Ayun– tamientó de la Villa adquirió este solar con el fin de remodelar la zona, y dedicar gran parte a Museo que recoja «el Madrid de los siglos XI y XII». Esperamos que tanto orato– rio como pozo sean respetados y dignifica.– dos como merecen. 25

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