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Noviazgo Los labradores, atentos a su bondad singular, donde se solían juntar tratábanle casamientos de lo mejor del lugar... ( Dadle una mujer prudente, que su hacienda y vida aumente; no de mala condición; que es afrenta dei varón la mujer inobediente... Cuál le da heqnana o sobrina; ya es Teodora, ya es Rufina, Brígida, Teresa y Ana, Pascuala, Isabel y Juana, Paula, Antonia, Catalina. Discurrióse larga pieza, pero, en fin, el mismo día cupo a Isidro una María, María de la Cabeza, que este título tenía ... Fueron a vistas los dos, y fue aquello suficiente, que cada cual se contente; porque lo que está de Dios, se ejecuta fácilmente. Y no quitándole el sueño el dote grande o pequeño, el mancebo Isidro un día, para tomar compañía pidió licencia a su dueño. El Isidro, Canto I Boda Salió Isidro acompañado, muy humilde y mesurado, mirando su seraEn; y, aunque de pardillo, en fin, limpio, justo y aseado ... Pues la novia ya no sé cómo pintarla podré, si no es qúe como Timantes la cubra a los circunstantes, porque la entiendan por fe. No era de jazmín su frente, ni eran de sol sus cabellos, ni estrellas sus ojos bellos, que otra luz más excelente puso la vergüenza en ellos... Era un fénix de hermosura, y víase el alma pura por su rostro celestial, como si por un cristal se viese alguna pintura ... De esta suerte, humildemente, los dos volvieron casados, donde los nuevos cuidados pasaron alegremente del matrimonio causados. Benditos del sacerdote, sin que el vecino los note, pusieron su pobre cama, y las alhajas, que llama Castilla ajüar del dote ... El Isidro, Canto II En esta comarca de la serranía de Madrid -especialmente en Torrelaguna, Caraquiz, U ceda, Talamanca, zona de Buitrago ... - permanece Isidro varios años, sirviendo a los grandes terratenientes en las labores agríco– las, y ejerciendo también el oficio de poce– ro. Los datos que conserva la tradición de la estancia de Isidro por estas tierras son sóli– dos. Es frecuente encontrarse con estas de– nominaciones: «Fuente de San Isidro», «Pra– dera de San Isidro»; «Ermitas» dedicadas a San Isidro en Caraquiz, Garganta de los Montes ... ; «Imágenes» del santo en la ma– yoría de las iglesias; «Cofradías» ... Existe documentación abundante de la de– voción a San Isidro y de las romerías que desde tiempo inmemorial se han realizado a sus ermitas, sobre todo «en días de letanías y cuando había necesidad de lluvia para los campos; otras veces acudían a hacer nove– nas y con el fin de cumplir promesas». A la Íntercesión de San Isidro se atribuyen, ade– más de la buena marcha de los sembrados, la curación de diversas fiebres y dolores de cabeza. Los vecinos de esta zona manifesta- 23
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