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fundamentalmente alarifes, herreros y mer– caderes ... Más difícil resulta emplazar la judería. Se– gún la opinión más probable la aljama esta– ría al norte, cerca de la Puerta de Balnadú. Parece que la comunidad judía era poco im– portante en esta época. Los arrabales: Eran núcleos de poblacio– nes que iban surgiendo fuera del recinto amurallado. Es importante el «Poblado de San Martín», en torno al monasterio de di– cho nombre. Alfonso VII en 1126 confirma privilegios anteriores, concediendo al abad competencia para poblar en torno al monas– terio, con la sola dependencia de Silos, no de Madrid. De suyo no se unió totalmente a Madrid hasta entrado el siglo XV. Otros dos arrabales se constituyen por esta época: el de San Ginés formado principalmente por cristianos mozárabes en torno a la ermita de dicho mártir, y el de Santa Cruz, algo pos– terior, junto al camino que conducía a Ato– cha. La «provincia» de Madrid. Terminamos describiendo brevemente la «provincia» me– dieval de Madrid, es decir, su Comunidad de Villa y Tierra en los siglos XII y Xlll. Ma– drid tenía su tierra dividida en cuatro «sex– mos». (Se dio este nombre porque los tres que estaban fuera de Madrid-Villa eran cada uno representados por dos procuradores, con un total de seis). El primero de los cuatro correspondía al mero alfoz de la Villa, algo así como su partido judicial. Los otros tres eran los denominados de Vallecas, Aravaca y Villaverde. El sexmo de Vallecas comprendía: Vicál– varo, Ambroz, Coslada, Rivas, Vaciama– drid, Velilla, Rejas, Canillas, Canillejas, Hortaleza, Chamartín, Fuencarral, San Se– bastián de los Reyes, Fuentelfresno. Abar– caba, pues, la parte oriental y buena parte de la septentrional de la tierra de Madrid. El de Aravaca, a septentrión y poniente, comprendía: Las Rozas, Majadahonda, Boadilla, Alcorcón, los Carabancheles y Le– ganés. Como lugar importante, hemos de in– cluir El Pardo, «buen monte de puerco y oso». Este sexmo, donde trabajó principal- ◄ 9. Plano de Madrid, hacia 1635. 10. Torre mudéjar de la iglesia de San Nicolás, s. XII; con– templada por Isidro Labrador. mente San Isidro, estaba ocupado en suma– yor pa,rte por monte bajo y matorral: jara, plantas olorosas, encina, lentisco y madro– ño ... Estas especies se extendían desde el monte de El Pardo hasta la actual Gran Vía. La zona más cercana al río, hacia los Cara– bancheles, era tierra de huertos y campos de pan, de pastizales y dehesas. Al sexmo de Vi– llaverde, al sur, pertenecían: Getafe, Fuen– labrada, Torrejón de la Calzada, Torrejón de Lope Velasco, Cubas y Griñón. Esta Villa y Tierra de Madrid, goberna– da a Consejo abierto por Justicia, adelantados·, fiadores; por alcaldes, alguaciles, caballeros de monte y jurados, fue el entorno físico que le tocó vivir a Isidro, piadoso varón mozá– rabe, en los siglos XI y XII. Precisamente, en esos dos siglos es cuando Madrid adquiere 15

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