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Madrid entra en la historia El año 931, Rarriro II es coronado rey de León. Al año sigt.:.iente inicia la campaña contra Toledo, para lo cual decide pasar por Magerit, en manos también del Islam. «Cer– có Magerit e prísola, e lidió muchas veces con los moros, e fue aventurado contra ellos». Aparece el nombre de Magerit en la historia. Ramiro fracasó en la toma de Tole– do, pero arrojó a los musulmanes de su al– cázar madrileño; aunque por poco tiempo, pues al regresar a León, los moros volvieron a Madrid. De nue10 suena el castillo o for– taleza de Magerit cuando Fernando I (1037-1065) se dirige contra los moros de Toledo, Badajoz y Sevilla. En 1083, Alfonso VI (1072-1109) proyec– ta una gran campaña para conquistar Tole– do. Mientras en la ciudad del Tajo gobier– nen los musulmanes no podrá haber descan– so para las arma~ casteliano-leonesas. En esta campaña es importante comenzar con– quistando el castillo de Magerit. Después de una dura batalla, Madrid cae en poder de los cristianos y permanece sometida a las tropas de Alfonso VI durante varios años. Dicen que el rey, viendo a uno de sus sol– dados escalar ágilrrente la muralla mora, ex– clamó : «Parece un gato», y que el valiente adoptó Gato por apellido, con lo que andan– do el tiempo ha venido a llamarse «gatos» a los hijos de Madrid. Muerto el rey, los musulmanes saquean nuevamente Maérid, desmantelando sus fortificaciones. Gc,bierna Dña. Urraca de 1109 a 1126, sucediéndole Alfonso VII (1126-1157), y a ~ste su hijo Fernando II (1157-1188) que es coronado como rey de León. Castilla y León andan ahora en guerras, pero no contra los árabes, sino en– tre ambos reinos. En 1162, Fernando II ocu– pa Madrid y orde::rn una reorganización de las fortificaciones. Las luchas intestinas en– tre los monarcas castellanos se prolongan hasta 1180. MadLd en realidad no sabe ya a qué carta quedase. En dos siglos estuvo cuatro veces en m:1nos árabes y tres en ma– nos cristianas. Siete cambios, siete batallas 8 en los fosos de su fortaleza ... Demasiadas ba– tallas, demasiadas muertes. En el siglo XI, hay años en que en Madrid no viven más de dos mil personas 1 • El Madrid que conoció San Isidro Al poco tiempo de nacer Isidro, Alfonso VI conquista Madrid que se hallaba en po– der de los musulmanes. La pequeña villa de Madrid, con su alcázar, era un punto im– portante para los ejércitos castellanos empe– ñados en expulsar a los moros del control de Toledo. Elementos de una ciudad medieval Madrid en el siglo XI cuenta ya con los tres elementos de toda ciudad musulmana: la almudena, la medina y un contorno fuer– temente murado. Estos elementos los here– da el Madrid cristiano; al mismo tiempo que comienza a agrandarse con la aparición de los primeros arrabales. Seguimos la descrip– ción de Montero Vallejo. La almudena: Correspondía a la zona mi– litar y comprendía: el alcázar, la ciudadela y la iglesia de Santa María. El alcázar o castillo era un cuadrilátero al que con posterioridad se le fueron añadien– do torres y dependencias; en él vivían los do– minadores, fueran árabes o cristianos. Ocu– paba, más o menos, el espacio donde hoy se levanta el Palacio de Oriente. La ciudadela era un recinto pequeño que ,correspondería a lo que fue el primitivo Ma– drid. Estaba amurallado y contaba con tres puertas: Hacia el sur, la Puerta de la Vega; hacia levante, la Puerta o Arco de Santa Ma– ría; en el norte, junto al alcázar, la Puerta de la Sagra. Dentro de este área (Ver plano, trazos rojos), y aparte de la plaza de Armas, la estructura urbana de la ciudadela era muy esquemática y escasa en espacios abiertos, como corresponde a población defensiva, con edificaciones muy juntas y con función

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