BCCCAP00000000000000000001376

vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra; vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y, después de este destierro, muéstrancs a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María . (Esta plegaria se supone compuesta en Santiago de Compostela por el obispo galle– go San Pedro de Mezonzo, siglo X) . Bajo tu amparo Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios; no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos siempre de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita. (Un papiro hallado en el desierto de Egipto contiene esta oración, que se creía era de origen latino y medieval. Los paleógrafos lo datan en el siglo III. Los teólogos han =le– fendido una fecha más tardía, por el hecho de que contiene el título de «Madre de Di,-:)s». Pero la objeción carece de valor, porque este título se empleó en Egipto desde el siglo III, antes de extenderse a toda la Iglesia en el si– glo IV. Papiro nº 470 de la John Rylands Libra1y, Manchester.) Acordaos Acordaos, oh piadosísima Virgen Mwia, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protecci"5n, implorando vuestro auxilio, reclamado vues– tra asistencia, haya sido desamparado. Animado por esta confianza a Vos acudo, Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo elpeso de mispecados me atrevo a cc·m- 86 parecer ante Vos. No desechéis mis súpl:cas, antes bierz, escuchadlas y acogedlas, benig– namente. Amén. (Oraci::m atribuida a San Bernardo, 1J90- 1153) Ange.lus - El ángei del Señor anunció a María RI Y conci0ió del Espíritu Santo Dios te salve lvlaría, llena eres. . . - He aquí !a esclava del Señor RIHágase en mí según tu palabra Dios te salve María, llena eres. .. - Y el Hijo de Dios se hizo hombre RI Y habitó entre nosotros Dios te salve María, llena eres. .. - Ruega por nosotros, santa Madre de Dios RIPara que seamos dignos de las promesas deJesucristo . Oración: Derrama, Señor, tu gracia s-Jbre nosotros. que, por el anuncio del ángel, he– mos concddo la encarnación de tu Hijo; pa– ra que lleguernos, por su pasión y su cruz a la gloria de la resurrección. Por Cristo rtues– tro Señor. Amén. (La recitación de tres avemarías para cele– brar la venida de Cristo a María, empezó de forma restringida a pa1tir del siglo XI. Pero hasta el siglo :xvn no se estableció el ángelus de modo gen-:=rnl y uniforme, según el mode– lo que co.:1.ocemos hoy). Rosario El rosario actual (antes hubo muchos 2.nte– cedentes con combinaciones diversas de pa– drenuestrcs, avemarías y glorias u otras fór– mulas), he eEtablecido en forma definitiva por el domin.co Alaín de la Roche, en 1470, con el título ce «Salterio de María». Las 150 avemarías sustituían, para los que no sa::Jían leer, el oficio divino con sus 150 salmos, que rezaban los clérigos. Alaín las agrupó en cuin– ce series, de diez avemarías cada una, para la meditaciér_ de los misterios gozosos, doloro– sos y gloriosos. El rosario venía a ser la Biblia 62. "La Vi:~gen con el Niño", de Luis de Mor::1les. ►

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz