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hacer un censo del mundo entero. Este.fue el primer censo que se hizo siendo Cirino go– bernador de Siria. Y tedas iban a inscribirse, cada cual a su ciudad. También José, que era de la casa y fami– lia de David, subió desde la ciudad de Nazaret en Galilea a la ciudad de David, que se llama Belén, para inscribirse con su esposa María, que estaba encinta. Y mien– tras estaban allí le llegó el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada". Los pastores visitan el pesebre Unos pastores que pasaban la noche al ai– re libre, en los campos de Belén, se ven sor– prendidos por la aparición de un ángel: "No temáis, pues os traigo una gratísima nueva: os ha nacido el Salvador". Una vez más son los pobres, los que no cuentan en este mun– do, los primeros en ser llamados a presenciar el gran acontecimiento: la llegada del Salvador anunciado. "En esto le reconoceréis: hallaréis al Niño envuelto en pañales y recostado en un pese– bre". La señal era más bien mediocre y de– cepcionante. Pero, ¿qué importaba? Los pas– tores, con la disponibilidad de los pobres y sencillos, fueron deprisa hasta Belén y halla– ron al Niño con María y con José; le presenta– ron sus ofrendas y dieron gloria a Dios, por– que al fin el prometido, el Mesías, Dios mis– mo se había hecho presente en medio de los hombres. Lucas, el confidente de la infancia de Jesús, continúa: "María guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón". Los acontecimientos de Belén desbordaron a María. Ella tenía una idea de quién era el que nacía: el ángel Gabriel se lo había comunica– do. Pero la hostilidad del ambiente, la pobre– za total, la humildad ciel pesebre ... no enca– jaban bien con las ilusiones judías de un Mesías triunfador y dominador. María era una mujer creyente, pero no una diosa impasible del oliopo que se lo sabe to- do antes de que suceda. Por ello, meditaba detenidamente los hechos y los guardaba en el corazón. Ella, quizá más que ninguno de nosotros, aprendió por experiencia lo que significa creer. María alimentaba y ayudaba a crecer a su Hijo con su leche maternal. El Hijo, con la gracia, alimentaba y ayudaba a madurar en la fe a su madre. Texto evangélico: Lucas 2, 8-20. "En aquella región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño. Y un án– gel del Señor se les presentó: la gloria del Señor los envolvió de claridad y se llenaron de gran temor. El ángel les dijo: No temáis, os traigo la buena noticia, la gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pese– bre. De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que Dios ama. Cuando los ángeles los defaron, los pasto– res se decían unos a otros: T/amos derechos a Belén a ver eso que ha pasado y que nos ha comunicado el Señor. Fueron corriendo y encontraron a María y a José y al Niño acostado en el pesebre. Al verlo, les contaron lo que les habían dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que decían los pastores. YMaría conservaba todas estas cosas, meditándclas en su cora– zón . Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho". Presentación deJesús en el templo A los cuarenta días del nacimiento de Jesús, María y José llevaron al Niño al templo de Jerusalén, a fin de presentarlo al Señor y hacer la ofrenda que mandaba la Ley de Moisés. Al mismo tiempo, María se sometió al rito de la purificación de las jóvenes madres 71

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