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46. Señores de Chueca Gcitia presentan las ofrer;das durante la misa al aire libre, el 9 de noviembre de 1991. bre una grandiosa cripta, tres naves con sus correspondientes capillas, un prolongado crucero y un ábside con girola y con capillas radiales. Todo ello desarrollando el gótico más completo, tal como se concretó en las realizaciones más brillantes del siglo XIII. Sus dimensiones son considerables, como puede desprenderse de las siguientes cifras: Longitud total de la iglesia, 99 metros; ancho de la nave principal, 12,40 metros; ancho de las naves laterales, 6 metros; ancho de las ca– pillas, 6 metros. La superficie del terreno ccu– pado por la construcción es aproximacamen– te de 5850 metros cuadrados. Es iglesia de capacidad superior a todas las restantes de Madrid y su aprovechamiento para las ceremonias de culto será muy gran– de, pues lo que empequeñece a estas iglesias góticas es la colocación del coro en el centro de la nave mayor. Poniéndose éste en el pres– biterio, toda la nave queda libre, y ub:cando el altar principal en el centro del crucero. el aprovechamiento de las naves se sumará al del crucero, que es de gran desarrollo. Como al hacerse el plan de reformas para atemperar la masa, proporciones y el es:ilo del templo a la vecindad del Palacio Real se partió de la premisa de que debía aprove– charse hasta la última piedra de lo hecho con 58 anterior:dad, era obligado que la planta ::le la iglesia siguiera siendo la misma que la del marqués de Cubas. También en el interior, y por la rr:.isma causa, debía prevalecer el estilo gótico, pero transformado en sus elevacio– nes. Se b.1jó considerablemente la altura ::le la nave mayor para darle una proporción que armoni:u.ra oejor con el bloque del Palacio, cuya alt..rra no debía sobrepasar. Con es:o la nave quedó de proporciones más castellanas, huyend: de la exagerada elevación de las naves francesas. También se consideró opor– tuno variar la estructura de la cubrición de di– cha nave, sustituyendo las bóvedas de cruce– ría por unas formas moldeadas y autopooan– tes de horrr_igón, sostenidas sobre unos grandes acos fajones transversales. Con es:o se obtuvo una estructura mzs en consonancia ~on una estética moderna y que tenía ses precedentes, por otra parte, en obras rr:.edie-.rales con cubiertas de ma:::lera policromada. Las formas de hormigón se po– licromar:::-n con dibujos geométricos abstrac– tos que dan una vibración cromática al inte– rior y acentúan el carácter religioso, pr:xu– rando una imagen refulgente y misteriosa. Por tanto, el interior perdía la frialdad de un gótico académico y se incorporaba a una es– tética más actual. Todo esto podrá com¡::ren– derse mejor con la iglesia terminada, debida– mente iluminada, con la cúpula acabada de– jando un área de luz alta sobre el altar del crucero y con imágenes y accesorios de un arte moderno sobrio. El proyectado exterior gótico se ha trans– formado en ctro clásico. Los autores de la re– forma adoptaron un estilo de raíz clásica, con elementos, por un lado, localistas, de lo que pudiéraoos llamar el Madrid de los Austrias, con sus cr_apiteles y sus lineamentos poshe– rrerianos, y por otro, de matiz diecioches~o y cortesano, unidos por una dicción de tipo personal q-.ie los unificara. • El entorno de la Almudena Apart:: de estas consideraciones estilísticas que separan el proyecto inicial del reforma– do, queda otro factor muy importante que

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