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36. Lope de Vega, autor del poema «La Virgen de la Almudena». denaba que el proyectado templo de la Almudena se convirtiera en la futura cate– dral de la capital de España. De esta manera el inicial proyecto del marqués de Cubas se amplía considerablemente. El apoyo de la Corona española al pro– yecto de la catedral de la Almudena no se debe a una circunstancia fortuita. Alfonso XII no hizo más que seguir una línea mantenida durante siglos por sus ilustres antepasados, que lucharon desde antiguo por elevar a ca– tedral la parroquia matriz de Santa María, ya que pensaban que aquella pequeña iglesia no se correspondía ni con la dignidad de su rango, ni con la enorme devoción que inspi– raba su Virgen, ni con la grandeza que iba adquiriendo Madrid. Veamos brevemente los pasos dados. Reinando Carlos I ya se pensó en elevar la parroquia a catedral, o por lo menos a 48 Colegiat::1 de cierta importancia. El 23 de ju– lio de 1518 se promulgaba al efecto una bu– la de León X. Pero el cardenal de Toledo, Guillerrco de Croy, se opuso terminantemen– te, aconejaéo sin duda por el cabildo toleda– no, siempre celoso de la preeminenca de Madrid. Un siglo después, Felipe III obtuvo una nue,ra bda de Clemente VIII, que siguió la misrca suerte al oponerse el entonces car– denal Sando-nl y Rojas. Felipe IV continúa los intentos. Isabel de Borbón, su esposa, dejará en su testamento 60 000 ducados para la construcción de la fu– tura catedral A esta cantidad se sumarán más tarde otros 150 000 ofrecidos por la Villa de Madrid; se lle6ó incluso a constituir una junta de prelados y altos personajes, y el ayunta– miento determinó también el terreno, u:1 an– tiguo solar del almirante de Castilla que esta– ba al la:::.o de_ arco de la Real Armería, lugar muy próximo al templo actual. Fue éste el primer intento serio de hacer una catedral en Madrid, ya que hubo algo más que bue:1as :ntenciones. La junta coordinado– ra nombrada por el rey hizo traer de las pro– vincias de Ávila, Segovia y Cuenca gran canti– dad de oader::as nobles que fueron guardadas y prepa:.-adas en un cobertizo próximo a lapa– rroquia de Srnta María. El 15 de noviembre de 1623, luego de una solemne procesión que presidía la Vrgen de la Almudena, quedó co– locada u:1a primera piedra de una catedral cu– yo proyecto se abandonó "sin empezarse si– quiera la construcción". El hecho sirvió, al me– nos, paa que Lope de Vega escribiera el poema titulado ªLa Virgen de la Almudena ". Pese a ta:1 ilustres patrocinadores, ningu– no de e:tos intentos cuajará hasta el reinado de Alfcnso XII. En efecto, el 4 de abril de 1883, el mismo rey colocó la primera piedra del tem;:lo qce había sido ideado por el mar– qués de Cubas, bendiciendo el sillar origen de la o::;ra el cardenal arzobispo de Toledo don Ign2.cio Moreno. "Concurrieron a tan bri– [ante y piad.eso acto la familia real y tcxia la corte, los mi_-ústros de la corona, los cuerpos colegislé.dores, los altos tribunales, el clero presidido pcr el cardenal Moreno que ponti-
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