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32. Maqueta de la iglesia de Santa María que se conserva en el Museo Municipal. ra: "Un vecino de Madrid, llamado Lucas, ob– servando la escasez de recursos que sufría la iglesia, afanoso por socorrerla, acudía con te– naz insistencia a la piedad de los fieles, di– ciendo a grandes voces, ya en el pórtico del templo, ya discurriendo por las calles, o ya pidiendo limosna de casa en casa: ¡Ho:nbres! ¿Estáis locos, que pasáis por la puerta de mi Señora de la Almudena y no la visitáis? Dad limosna a la morenita de la Almudena que padece necesidad; dad limosna, ¡pues ha re– mediado tantas vuestras! Habiendo llegado Lucas a una casa de donde había huido un esclavo, díjole el due– ño, Si h a ces con Nuestra Señora de la Almudena que parezca mi esclavo, la manda– ré cien reales de limosna. Lucas aceptó la oferta y prometió a nombre de la Virgen que así se haría. Fuese a la santa imagen y, puesto 42 de rodillas, cc•n humilde sinceridad y cariñosa devoción le dijo: ¿A qué piensa que vengo, Señora mía? Pues sepa que vengo a que haga una merced de las muchas que suele; y es que parezca un esclavo que ha huido; y mire que le dan de limosna cien reales; y ¡está tan alcanzadc.! Y volviendo con la misma senci– llez al sagrado Niño Jesús, prosiguió: Y él ¿de qué se ríe? M:.re que haga con su Madre que lo otorgue; y para que se acuerde, le pcngo esta cinta en el dedo: porque conviene mu– cho que esto sea para bien de entrambos . .. Se obró e~mili.gro; volvió el esclavo a casa de su amo, y éste corrió al templo en busca de Lucas a c~uien entregó la limosna prometida". La parroquia se recupera definitivamente al recibir v~rias donaciones : unas en Chamartín, donde el párroco colocaba ur: sa– cerdote 'Jicario; otras en el monte de El Pardo, sirviéndole de anejo la ermita del Torneo. Enrique N , para aumentar el bosque de dicho monte, tomó buena parte de este te-

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