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20. Nuestra Señora la Real de la Almudena. En la parte inferior San Isidro y Santa María de la Cabeza. los invasores, ocultaron asimismo en un cu– bo de la muralla la imagen de la Virgen como el tesoro más precioso que poseían. Colocaron dos velas encendidas a SL lado, y cerraron el nicho con una gruesa ¡:::ared de cal y canto, sin dejar resquicio ni seña que pudiese descubrir aquel tesoro escondido. Pasan varios siglos y nuevamente aparece la imagen de María envuelta en celajes de le– yenda y realidad: "Tomado Madrid en 1083 por el valeroso rey D. Alfonso trató bego de purificarla de la inmundicia mahometana y consagrar el templo de Santa María el cual había servido de mezquita a los moros ... Había quedado entre los fieles una confusa noticia de que en aquella misma iglesia había sido venerada antiguamente una dev')ta ima– gen de la Virgen Santísima, y aun aña::len que 28 21. Prodigiosa invención de María Santísima de la Almuder.a. el rey D. Alfonso había hecho voto de bus– carla con todo cuidado, si Dios le daba la vk– toria de los bárbaros sarracenos, y le hacía señor de aquell2. noble Villa. Se dirige entonces a la conquista de Toled::>, y conseguida ésta (1085), volvió a Madrid con ánioo de encontrar a todo trance la santa imager:. de María; y siendo inútiles sus primeros afanes, ordenó que por nueve días se implora5e e~ auxilio divino, mediarr:e preces, ayunos y limosnas, terminando cc,n una procesión general, la que al llegar a la parte de la muralla que ocultaba la santa efi– gie, como en otro tiempo al Bonido de las trompetas de Israel vinieron por tierra los muros de Jericó, así entonces al eco de los cánticos sagrad:)s se abrió el muro en dos partes, dejando ver, entre dos velas encenéi-