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ra, sobre una gran piedra de granito de dos metros y veinte de larga por sesenta de alta, que le iba a servir de peana. Puertas con grandes cristales prote– gían a la escult. .Lra de la atrevida curiosi– dad de los visi:antes y del polvo de la iglesia. Tanta provisionalidad ya cansaba. Hartos los re.igiosos de esperar un arreglo que ne llegaba, se decidieron, en 1952, a colocar la imagen en el sitio que la c:::-rrespondía, la magnífi– ca urna de mármol y bronce que hacía diez años que había terminado el presbítero, e5;:ultor y orfebre, D. Félix Granda. Juzgamos la decisión acertada. Es vercad que las paredes presentaban aún el lastimoso es:ado en que la guerra las había dejado, pero no se veían inicios de pronto arr-::glo. Sí se había adecen– tado el suelo, y con esto los religiosos se dieron por satisfechos para realizar el traslado. Con la presencia de la Imagen en su capilla, las cosas se fueron arreglan– do con lentitci, pero con continuidad. Los pequeños detalles se iniciaron en 195 3. La I~gen iba perdiendo algo de su policrc:nía, por el roce de los devotos que ar.siaban tocar la escultura. Para evitarlo, se pusieron a sus pies unas cortinas moradas, que serían más Salón de actos del Colegio Seminario convertido en capi,Ja provisional. tarde retiradas, poniendo en su lugar una puerta desmontable de cristal que sin quitar visibilidad, permitía entrar en la urna. En julio de 1953 dio comienzo, por fin, la reparación de la capilla. En la bóveda se cc,locó un rosetón simulando bronce d)rado. Todas las molduras de la capiJa llevaban hoji– llas imitando oro. Las pilastras pinta– das de negro "cual corresponde a una capilla sepulcro de un Cristo Yacente" ( 33 ) Los entrepaños de blanco y mate y lo restante de verde claro. Según el cronista "gustó mucho a los de casa y a los de fuera" (84)_ A pesar del optim~smo del cronista, hubo algo que disgustó a todos: el zócalo. La ahora llamativa capilla merecía algo más. Así lo comprendie– ron los responsables terminando la an– siada reforma al año siguiente. Este mismo año, 19 54, se decidió acristalar la urna en su totalidad. "Obedece la medida a que en lo q·..1e va de año han roto o desprendido el dedo gordo del pie derecho del Santísimo Cristo cuatro veces" ( 34 )_ En la década del cincuenta un hecho se hizo evidente: Se iniciaba la aglomeración masiva de peregrinos que, sobre todo, dominicalmente hoy contemplamos. 75

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