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blo y a la entrada de la iglesia con los acordes de la marcha nacional. Colo– cada la Imagen en la antigua capilla de San Antonio, preparada al efecto, dio comienzo el ejercicio de la nove– na" < 72 ) Ya estaba de nuevo el Cristo en su casa, pero no tenía el decoro que le correspondía. Se reiniciaban las gestio– nes para ofrecer a la Imagen una digna mansión. Urna de mármol y bronce, regalo de Franco. El ocho de mayo de 1940, el P. Provincial solicitaba una audiencia especial del Jefe del Estado, que ya había fijado su residencia en el Palacio de El Pardo. En la visita el ''Caudillo" le prometió "restaurar por su cuenta todo lo que se refiere al Santísimo Cristo" < 73 )_ Que no fueron simples palabras de compromiso, lo testifica el hecho de que siete días después, sin aviso previo, se presentó Franco acompañado de su esposa, a visitar a la venerada Imagen y a informarse, in situ. El General bajó bien informado y con ideas claras de lo que se pretendía. El iba a correr con todos los gastos que se precisasen para que el Santo Cristo, tan bella imagen tuviera la urna que merecía y pagó de su bolsillo "la suma de doscientas cincuenta mil pesetas" < 74 )_ Parece que la obra, concluida en 1943, por el artista D. Félix Granda, no fue del agrado de Franco, que incluso, según hemos oído a religiosos que aquí vivían por esta época, había hecho su propio diseño. Una cosa es cierta, que la obra no le gustó, y esta es la razón que se aduce por algunos para explicar el hecho de que a partir de 1945, Franco no volvió jamás en su larga estancia en El Pardo, a pisar el convento. Nueva Urna del Sant(simo Cristo de El Pardo. 63

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