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Las noticias que hemos encontrado en el Archivo de Palacio confirman nuestras sospechas, ya que se ratifica taxativamente que "la nueva Capi]a del Cristo se halla también sin con– cluir y no hace muchos años gastó ::n ella el Patrimonio, 8.000 duros y aún se necesitarían 2 .000 más para concluir– la" (4s)_ ¿Qué impidió que la obra se llevara a feliz término? Dos son los aconteci– mientos decisivos. La enfermedad del Rey Fernando VI 1 Mientras se estaban realizando estas obras, el Rey cayó gravemente enfer– mo. Este convento debía muchos favores a Fernando VII y una prueba evidente era la capilla que se estaba construyendo. Recordemos que el P. Villaodriz nos contaba cómo el Rey debía su vida a una intervención milagrosa de es:a Sagrada Imagen. Ahora no nos puede extrañar que en circunstancias simila– res, todos volvieran sus miradas al Santísimo Cristo en demanda de _a salud perdida. El acontecimiento lo describe tam– bién el ya conocido P. José de Villalba, Guardián conventual: "Hallándose gra– vísimamente enfermo el Rey N. S., acordaron los señores Don Francisco Blanco, Mayordomo Mayor de S. M. y D·. Lorenzo Gómez, administrador interino de este Real Sitio, juntamente con el P. Buenaventura del Cañaveral... sacar procesionalmente en rogativa y hacer una novena en la Capilla del Sitio, al Santísimo Cristo para cuyo efecto me escribió dicho P. Fr. Buena– ventura la determinación de dichc,s señores pqr medio del dicho D. Loren- 40 zo Gómez el cual juntamente con el Sr. Cura del Sitio y los señores de la Administración, se me presenta– ron el 21 de septiembre de 1832, haciendo todos presente sus deseos, y rogar la importante salud de S. M., a lo que accedí muy gustoso, tanto en hace:- la rogativa y novena al Santísi– mo Cristo como en sacarle públicamen– te. Estos eran hechos extraordinarios, y a no ser por las circunstancias que conc.urían, y por el interés que todos teníamos en la salud del Rey, la Santa Efigie no hubiera salido de nuestra Iglesia sin una orden expresa, verbal o escrita, de S. M., pues hasta la fecha no consta que dicha Imagen haya salido de su capilla. Rogativas por su salud. La rogativa pública se fijó para el día 23 de septiembre de 1832, vinien– do a buscar procesionalmente al Santo Cristo, con hachas y velas encendidas el Clero, el Sr. Administrador con todo el pueblo. Se le colocó en una urna construida provisionalmente y rica– mente adornada. Salió la Santa Ima– gen de su convento a hombros de ocho religiosos de la comunidad, que acom– pañó tambié:1 al Señor con su cruz procesional. El relevo lo hicieron otros ocho religiosos que expresamente ha– bían venido de nuestro convento de San Antonio de Madrid, para participar en esta rogativa. Se colocó la Imagen en un altar provi~ional y acto seguido se dio principio a la función religiosa d:cien– do la primera misa de las rogativas el P. Buenaventura del Cañaveral, vistién-

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