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había recogido en su libro "Parayso en el desierto'', pero no existía ningún relato que .recogiera tanto la histor:a de la Imagen Yacente, como los favcres que mediante ella había concedido el Señor a sus devotos. Los muros de su capilla estaban llenos de exvotos, pero se carecía de noticias fidedignas. Los peregrinos hacían muchas preguntas que necesitaban respuesta. En 1805 la obra estaba escrita. Quedaba el requisito indispensable de la licencia que debía ser concedida por el Ministro General, y que el P. J adra– que se apresuró a solicitar. Da como razones para su publi:::a– ción la solicitud de los fieles que "desean tener algunas noticias de esta imagen, y para dar ese culto a Su Ma– gestad y este consuelo a los devotos, para ello se ha realizado el compuesto adjunto de la historia de dicha imagen, el que hago presente a Vuestra Reveren– dísima para que dignándose verle, o dándole a la censura, se digne tambi~n conceder su licencia, para darla a la prensa, sin que para esto sea necesario gravar en cosa alguna a esta comuni– dad" C 35 ) _ El P. General, Nicolás de Bustillo, nombra a dos censores, P. Fr. Fidel de Calzada y Mariano de Bemard,Js qu ienes después de analizar dicha obra no advierten "nada contra la fe y buenas costumbres, antes sí podrá servir para aumentar la devoción de aquella Santa Imagen, juzgamos se le puede dar la licencia que solicita" ( 36 ) El libro sale a la luz pública en 1807 con el título de "COMPENDIO" y sin el nombre de su autor. El P. Angel de Jadraque pretende darnos un relato exhaustivo de la histo– ria del Cristo desde sus orígenes. Para 28 los primeros capítulos se apoya en el libro antes citado del P. Anguiano, cuya historia, tanto del convento como del Santo Cristo llegaba hasta 1713. A part~r de esta fecha el P. Jadraque hace su propia investigación, teniendo como principal apoyo documental las cróni– cas conventuales. Otras publicaciones. Como simple orientación, queremos indicar, que además de los dos escritos indicados, existen varios relatos más que no adquieren el grado de verdade– ras historias. Del siglo XIX destacamos la novena-historia de la reina Doña J osc::a Amalia, que sirvió durante mu– chos años de devocionario popular. Esta misma novena fue refunciida y adaptada por el P. Cornelio de San Felices en la década de los cuarenta de nues:ro siglo . En 1971, el P. José Antonio Pozo, publicó un librito titulado "EL PARDO Y EL SANTO CRISTO DE EL PAR– DO" en el que recoge unos breves apuntes informativos, sobre El Pardo y su famosa imagen. Los religiosos capuchinos abandonan el convento. Los calamitosos acontecimientos de 1808, salpicaron con su crueldad la tranquilidad del convento. Los religio– sos se vieron precisados a abandonar su retiro, dejando a su suerte los objetos que tenían a su uso. Había muchas obras de arte (más de quinien– tos cuadros, nos precisan las crónicas) y ent::-e ellas la mas preciada, la Imagen del Santo Cristo.

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