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El dicho frontal de pintura cor: haber tantos años que sirve y es tanto e~ número de gente que llega a visitar el Santo Cristo todos los días y años y arrimarse al altar todos los que vienen para ver de cerca la Santa Imagen, con todo está tan perfecto y sin haberse tocado ni borrado cosa de pintura que han reparado muchos parecer milagro el conservarse tan entero por lo que Su Magestad quiere por conserv3,r prenda de tan Santa Reyna" < 18 )_ El Compendio de la Historia del Santísimo Cristo conserva otros d-::>s ejemplos admirables. Uno el de la "Serenísima Reina Doña María Ana de Austria, segunda esposa del Señ,::>r Don Felipe IV, que veneró siempre este santuario del Pardo, con tan ardiente afecto ... , que gastaba muchas horas en hacer oración y oir muchJ.s misas siempre de rodillas, y con suma edificación de todos. Era rara la semana que dejaba de venir a buscar este espi– ritual consuelo, y muchas dos y tres veces" < 19 )_ El segundo ejemplo lo transmite la reina "Doña María Ana Palatin1, segunda esposa de Don Carlos II, por el entrañable afecto que tenía al Santísimo Cristo, se encomendó a él con gran fe en una gravísima enferme– dad que padeció por el mes de agosto del año 1696 y ofreció venir a visitar~e luego que estuviese en aptitud de poder venir, como después lo cumplió, y entre tanto se mandó cortar el cabello y que se colgase en la Santa Capilla, en fe y reconocimiento de haber cobrado la salud, desde que se enco– mendó al Santísimo Cristo" < 19 )_ Terminamos este recuerdo de lEs remas citando a Doña Bárbara de 22 Brag2.nza, y a Doña Amalia Josefa, espo~a de Fernando VII que compuso una novena en honor del Santo Cristo , vigente durante muchos años. Piedad popular. Les nobles fueron fieles a los ejem– plos de sus reyes y muchos pretendie– ron para sí el honor de ser enterrados en este lugar, siendo muy pocos los que lo consiguieron. Esta devoción fue emulada, y en muctos casos superada por el pueblo llano y fiel que sin alardes de nobleza acudía a rendir su sencillo homenaje de admiración y piedad. El P. Basilio de Zamora que vivió en este convento en el año 16 7 5 pun– tualiza que "acudían muchas personas en coches, carros y caballos, sobre todo en primavera y verano, no sólo por distraerse, sino también por venerar la im1gen del Santísimo Cristo, llegan– do di'as en que no bajaban de doscien– tos los carros que allí se reunían" < 20 )_ El cronista reitera también esta afirm1ción "pues siempre, escribe, ha sido muy frecuentado de los fieles y singularmente de la Corte y de todos los lugares en diez leguas en contorno y de todas partes por el consuelo y alivio que hallan los fieles en la devo– ción de esta Santa Imagen tan mila– grosa ·' < 21 )_ Pn:. eba también inequívoca de esta viva devoción, es la descripción que el P. Anguiano hace cuando relata la reforma de la capilla llevada a cabo en tiempos de Carlos 11. Afirma que al retira::- los ex-votos "eran tantos, que de sólo muletas se podría cargar un carro grande" < 22 )_
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