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siempre con entrañable afecto y devo– ción y eran muy frecuentes las visitas que la hacía, y aún gustaba venir alg-1- nas temporadas por esta causa a es-::e Real Sitio" C 15 ) "No menos piedad y veneración mostró Carlos 11: desde su tierna edad hasta su muerte la frecuentó sin inte~– misión. Miraba este santuario como asilo y refugio en todas sus necesidade5, hallando siempre alivio, cuando no en el cuerpo, en el ánimo, con la paciencia y conformidad. No pasaba semana sin venir a visitarle alguna vez, y encomen– darse a Dios despacio, siendo más fre– cuentes en los últimos días de su vida. En medio de varios achaques, de que se hallaba agravado , se hacía su– bir en una silla desde el Sitio, y entran– do en la Capilla del Santísimo Christo, y sentándose en otra, oraba por largcs ratos con grande exemplo de todos'' ( 16). Este ejemplo fue seguido por los re– yes de la Casa Borbón con una menció:1 especial para la actitud de Carlos III cuya "piedad , religión y zelo por este santuario y convento ... fue patente e:1 la Corte, y a todos los que le conoc:– mos. Tuvo la piadosa costumbre de subir todos los domingos mientras la Corte estaba en este Real Sitio, 1 visitar al Santísimo Christo, (y a s·1 imitación los Príncipes e Infantes) ? hacer fervorosa oración en su preser_– cia" (l 7) _ A lo largo de esta historia tendremos oportunidad de ir viendo otros detalles de los demás reyes. No queremos con todc terminar este sencillo recuer– do de las visitas regias sin hacer alu– sión a la visita hecha por Alfonso XIII el último día de su estancia e:1 España para despedirse de su Cristc. 20 Fachada de la iglesia primitiva: "Quedaron todos gustos(simos y más que todos los Reyes, por haber consa– grado a la Magestad Suprema este nuevo templo y Convento donde se le tribu- taban continuas alabanzas". Devoción de las reinas al Cristo. Si los reyes tenían predilección por esta imagen, no les iban a la zaga las - reinas, siendo la primera en manifes– tarlo Doña Margarita de Austria que dejó :orno recuerdo de su devoción "el fr ::mtal pintado que está fixo en el alta del Santo Cristo que le dio y mandó pintar la Magestad de la Reina Doña Margarita a los principios de la fundación del convento del Pardo. Ha cuarer: ta años que sirve sin haberse puestc otro frontal alguno hasta el año cncuenta que tal vez se ponen otros que se han hecho.

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