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52 PÁR,J.'E PRIMERA Acerca de estas palabras diversos autores hacen notar que Jesucristo habló :figuradamente, según costumbre de los orien– tales, y que la voz «ligare» significa obligar eficazmente con leyes y la voz « solvere » la facultad de abrogarlas (1). Además, Jesucristo dijo a sus Apó&toles: «Me ha sido dada toda potestad en el cielo y en la tierra, id pues y enseñad a todas las gentes, etc.» (2); c:m las cuales palabras comunicaba expresamente a los Apóstoles, y en ellos a la Iglesia, la potestad de dar y promulgar leyes en materias espirituales y en todas las que se refieren a la cons~cución de su :fin sobrenatural. De otra manera, ¿con qué :iin hubiera invocado Jesucristo la po– testad universal que le había sido dada en el cielo y en la tierra? (3) Tal es la doctrina católiea, acerca de la potestad legislativa de la Iglesia, defendida por los Santos Padres y Concilios. Entre estos últimos citaremos el Concilio Tridentino que en su Sesión VII, can. 8º, dice: << &i quis dixerit baptizatos liberos esse ab omnibus sanctae Ecclesiae praeceptis, quae scripta vel tradita sunt, ita ut ea observare non teneantur nisi se sponte illis sub– mittere voluerint, anathema sit» (4). Del mismo tenor son las enseñanzas de los Sumos Ponti– fices, como puede verse por ~as proposiciones 19 y 20 del Sylla– bus, condenadas por Pio IX '.5) y por la doctrina contenida en la Encíclica Immortale Dei ele León XIII, en la cual declara el Santo Padre cómo Jesum-isto dió a sus Apóstoles verdaderos mandatos, en cuanto a l::1;,s cesas espirituales con la facultad de dar leyes (6). Este derecho incontrovertible, que tiene la Iglesia Católica, es el que ha reconocido el Estado en et artículo III del Con– cordato. Pasemos ahora a estudiar qué es lo que se debe entender bajo el nombre de «legisl~ción canónica». (1) MATTHAEUS CoNTE A CoRO:'i'ATA, Jus publicum ecclesiasticum, n. 48, p. 70; CAPPELLO, ob. cit., n. 195, p. 197-198; ÜTTAVL< I.NI, ob. cit., t. r, n. 123, p. 233 y SS. (2) S. Matth. XXVIII, 18 y 19. (3) CoRONATA, Jus publicum qc-;lesiasticum, n. 48, p. 70. (4) Denzinger, n. 864.. (5) Denzinger, n. 1719 y 1700. (6) A..S.S., t. XVIII, p. 161 y ss.; Denzinger, n. 1866 y ss.
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