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LOS CUATRO PRIMEROS ARTÍCULOS DEL CONCORDATO 43 por consiguiente, el Estado está obligado a reconocer y proteger la verdadera Religión. Ahora bien: la única Religión verdadera a cuya profesión están obligados todos los hombres, en individuo y en sociedad, es la Religión Católica, Apostólica, Romana; pues sola Ella tiene en su favor argumentos potentisimos y evidentes, tales como la verdad de los vaticinios, el testimtJnio de los milagros, la pro– pagación de la Fé a pesar <le las persecuciones y contrariedades, el testimonio del martirio y otros muchos argumentos que de– muestran que Ella es la verdadera y única Religión que instituyó Jesucristo y cuya, propagación encargó a la Iglesia (1). Por consiguiente, el reconocimsento de la Religión Católica, como la de la Nación, por parte del Estado, es un debf'r natural. B) Es además un deber político. El Estado est,á obligado a velar por la felicidad y paz so– ciales de sus súbditos. Mas éstas no pueden subsistir sino con la observancia de una mutua relación, o mejor dicho, armonía entre los ciudadanos y las autoridades del Estado. Ahora bien: ningún medio es tan eficaz para mantener dicha armonía como la Rflligión Católica; y esta verdad la confiesa el mismo legislador Colombiano, al considerarla en la Constitución « como elemento esencial del orden social ». En consecuencia, el Estado está obligado por deber político a reconocer la Religión Católica como Religión de la Nación. § 2. - Obligación que tiene el Estado de proteger y hacer respetar la Religión Católica. La protección que el Estado debe a la Religión Católica en virtud del artículo I del Concordato no es sino un corolario de los principios enunciados en el párrafo anterior, por lo cual aquí trataremos brevemente de ella. La protección en general puede ser de dos clases; autorita.:. tiva y ministerial. Protección autoritativa, es aquella que el su- (1) P. MARCELLUS A PUERO JEsu, Ord. Carmel. Discalc., Philosophia moralis et socialis ad mentem Angelici Doctoris S. Thomae Aquinatis, p. 832 y ss.